¿Realmente ganó Claudia Sheinbaum? ¿La mayoría le apostó a la dictadura?

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Publicado en Opinión

¿Realmente ganó Claudia Sheinbaum? ¿La mayoría le apostó a la dictadura?

Lunes, 03 Junio 2024 03:00 Escrito por 
Carlos García Carlos García El Socavón

Sin lugar a dudas, la jornada electoral  de ayer domingo en la que hubo alrededor del 60 por ciento del total del padrón electoral conformado por casi 100 millones, se distinguió porque la mayoría de los mexicanos al parecer le apostaron a que la dictadura en puerta que tanto ha preparado el mandatario Andrés Manuel López Obrador, siga su curso a partir del primero de octubre del año en curso, ahora en manos de la soberbia Claudia Sheinbaum Pardo, que abanderó la coalición Juntos Haremos Historia… de terror, conformada por Morena y sus rémoras del PT y PVEM.

Si bien es cierto que todos los mexicanos esperábamos que decenas de millones de mexicanos se volcaran sobre las urnas el día de ayer para votar en las elecciones más importantes de la era moderna de nuestro país, debido a que decenas de millones anhelábamos con urgencia un cambio de régimen, porque  el hartazgo provocado por Andrés Manuel López Obrador, Morena y su decepcionante y fallida cuarta transformación, no fue suficiente y el grueso de los votantes prefirieron que nuestra nación transite como el país 33 a manos de una dictadura.

Es preciso mencionar que fue una jornada de intensa y copiosa votación, los mexicanos salimos a las calles a ejercer nuestro derecho y a cumplir con nuestras obligaciones, las filas eran largas, en pleno rayo del sol, la ciudadanía estaba entusiasmada de sufragar, de botar a quien les prometió demasiado y no nos cumplió.

Siempre lo he sostenido a pesar que nuestra democracia aún es incipiente, el mexicano cobra facturas inmediatas cuando los actores políticos no cumplen sus promesas de campaña o abusan de sus cargos públicos, desde una presidencia municipal, una diputación local o federal, una senaduría, una gubernatura y hasta la presidencia de la república, pero hoy, al menos en la presidencial no lo hicieron.

Cabe mencionar, que se disputaron más de 20 mil cargos públicos, la presidencia de la república, el Congreso de la Unión, (Cámaras de Diputados y de Senadores), 8 gubernaturas y la Ciudad de México, y más de mil 500 ayuntamientos, que a partir del miércoles próximo, sabremos qué partidos y candidatos resultaron ganadores de este proceso electoral, el más importante de la historia de nuestro país.

Decenas de millones de mexicanos le apostaron al futuro de nuestra nación, a manos de una mujer nada empática, autoritaria, soberbia, que se dará gusto haciendo berrinches y querernos someter a régimen dictatorial. Como dice el refrán: “que con su pan se lo coman”.

Lamentablemente estamos en amenaza parcial de entrar a un régimen totalitario que no nos agrada, llevamos cinco años y medio en manos de jefe del Ejecutivo que con sus nefastas conferencias totalitarias, que lleva a cabo todos los días y nos cuestan a los mexicanos ente los 130 y 160 de millones de pesos diarios (de acuerdo a las horas transmitidas), y desde su púlpito lance  la agenda nacional, porque a lo largo de su gobierno, en ningún momento se reunió con grupos políticos ni empresariales, ni con nadie, pues se sintió como el compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez, autor de “El Rey” afirme: “Y mi palabra es la ley”.

Con sus actitudes prepotentes y soberbias asumidas por López Obrador, desde el primer día que ganó la elección (primero de julio de 2018), ha demostrado que la ley es él, que la Constitución  es él y como les dijo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación “y no me vengan con que la ley es la ley”, pero que muestran que él siempre anheló el poder y ser presidente de México, pero a la hora que lo fue, no demostró el talante necesario, ni la personalidad de asumirse como Jefe de Estado y mucho menos la calidad suficiente para ostentar y detentar dicho encargo, pues sin lugar a dudas, el ser, el mandatario de una nación, es un orgullo y proyecto cumplido en el que debes acercarte y rodearte de los mejores hombres y de las excepcionales mujeres de las distintas corrientes ideológicas, políticas que posean una amplia experiencia en las distintas áreas para haber formado un gabinete legal y ampliado de primer nivel, pero la petulancia y la arrogancia son malas consejeras y ni siquiera quedó en buenas intenciones, pues se sintió el mesías y fracasó rotundamente.

En las oportunas gráficas captadas por los “magos de la lente” -a la hora de salir a votar- se vio a un Andrés Manuel López Obrador con el rostro desencajado, adusto, repleto de ira, de decepción, la derrota la traía marcada, su gestó lo delató, lo decía todo, sabía que su gobierno fallido ya no continuaría a través de su candidata impuesta: Claudia Sheinbaum Pardo, quien en ningún momento de su campaña conectó con los miles de acarreados llevados a sus mítines.

De igual forma, su soberbia y arrogancia no la dejan en ningún momento, es una mujer sin carisma ni empatía, nada sencilla y es el eco, aunque burdo, de López Obrador, no es una política, es una persona que se sacó la lotería (en cuanto a su candidatura) sin haber comprado billete. 

Por cierto, en la jornada de ayer hubo muchos incidentes provocados por las trampas de Morena y su séquito de incondicionales, en las que hubo varios detenidos contratados por los guindas, por ejemplo, un sujeto aseguró arriba de la patrulla, que lo habían contratado para comprar petardos y espantar, para que la gente no acudiera a las casillas a votar y hasta dio los nombres de quienes le dieron los recursos.

Por supuesto que las huestes de Amlo hicieron todo lo posible para no perder, de la manera más marrullera y tramposa. Decenas de millones de mexicanos salieron a sufragar, sin importar hacer largas filas por horas en pleno rayo solar y más con estos meses tan aciagos que hemos tenido en cuanto al clima que ha sido extremadamente caluroso en todo nuestro país.

Recordemos que en el 2000 en la elección presidencial en la que se alzó con la victoria Vicente Fox participó el 60 por ciento de los mexicanos en edad de votar, hubo también largas filas afuera de las casillas porque la ciudadanía deseaba un cambio y así sucedió.

Lo mismo pasó en el 2018, cuando la gente se hartó del régimen corrupto de Enrique Peña Nieto y le dio su voto de confianza a Andrés Manuel López Obrador y con un triunfo histórico obtuvo la presidencia con 30 millones de sufragios.

Esperábamos que fuera de igual manera en este proceso electoral de 2024, en el que decenas de millones de mexicanos nos volcáramos sobre las urnas para votar en contra de un gobierno fallido que encabezó López Obrador y se le dieran el triunfo a Xóchitl Gálvez, para que fuera la primera mujer presidente de México y retornáramos a la democracia y a enderezar a nuestro vapuleado país que sigue languideciendo en manos de una mal autollamada cuarta transformación que fracasó y lo seguirá haciendo porque el rumbo político, económico y social, es el equivocado.

Así pues, decenas de millones de mexicanos que sufragaron por Morena, cargarán a cuestas su pésima decisión de haber convalidado la segunda parte de la cuarta transformación y que ayudarán a hundir todavía más a nuestra nación y sino, al tiempo.

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Carlos García

El socavón