Estamos a ocho días para que se acabe el gobierno del “cambio y de la transformación” (como se auto proclamó), pero que fue una auténtica pesadilla para más de cien millones de mexicanos que no hemos sentido lo duro sino lo tupido al tolerar un régimen basado en la mitomanía practicada por Andrés Manuel López Obrador que mal encabezó desde el primer día de su mandato el primero de diciembre de 2018 quien se siente el mesías de nuestro vapuleado país y al que le falló rotundamente.
Lamentablemente, todavía tiene 30 millones de ciudadanos que siguen creyendo en el tabasqueño, fielmente a todas y cada una de sus mentiras pronunciadas diariamente en sus nefastas “conferencias mañaneras”, así como de su larga lista de los yerros cometidos.
Recordemos que el todavía inquilino de Palacio Nacional, inició “su mandato” desde el dos de julio de 2018 con la anuencia del corrupto presidente Enrique Ricardo Peña Nieto, quien estaba sentenciado por el macuspano por mal encabezar a un gobierno corrupto, para que se hiciese a un lado y lo dejara decidir lo que le viniera en gana, asestando su primer duro golpe al régimen peñista, al realizar la primera encuesta “patito” a mano alzada y con una decisión arbitraria, ilegal e inconstitucional, canceló la continuación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en Texcoco que llevaba más del 30 por ciento y que iba a ser uno de los cinco mejores y modernos del orbe.
Pero pudo más el ego y ambición desmedida del tabasqueño, quien, desde ese acto, se sintió infalible e intocable, pensando que desde ese momento se convertiría en el “dueño y señor” de México, bajo el silencio cobarde y taimado del mexiquense.
Y así fue como López Obrador, inició la depredación y despedazamiento de nuestro de por sí vapuleado país, con el sometimiento absoluto de la LXIV Legislatura Federal, que, con diputados de Morena, del PT y del PVEM, siempre de hinojos le aprobaron todas y cada una de sus iniciativas perversas, sin quitarle coma alguna.
El tabasqueño prosiguió a toda costa borrar “por sus pistolas” todo lo que le estorbara y como lo que, sostenido en este mismo espacio, cual vil huracán categoría cinco, destruyó lo que encontrara a su paso y depredar instituciones autónomas que nos costó más de 30 o más años construir a todos los mexicanos y darle al traste a la incipiente democracia, para apoderarse de todo y sentirse emperador de México, “Andrés I”.
López Obrador, basó su gobierno en él mismo, en su ambición desmedida por el poder, su arma constante y determinante fueron las mañaneras, desde su púlpito agredió, desprestigió y atacó a sus “adversarios” y conservadores, a quienes hizo famosos gracias a sus tenebrosas verdades a medias y mentiras continuas, los medios de comunicación que gracias a las “prebendas” millonarias, además de las “benditas redes sociales” a través de sus “bots”.
El máximo y único anhelo de “Andrés I” era ostentar y detentar el poder a como diera lugar, porque su supina ignorancia en políticas públicas, en gobernanza era inobjetable y estaban a la vista de todos los mexicanos, debido a que sus nulos resultados en todos aspectos no están a discusión y los datos duros están a la vista de todos los ciudadanos de México y del orbe.
Para muestra un botón: un millón de muertos por Covid-19; 198 mil personas asesinadas a manos del crimen organizado, es el régimen con mayor número de muertos, cifra récord; cinco mil niños muertos de cáncer por no haber tenido los medicamentos suficientes y necesarios; 100 mil desaparecidos; 11 feminicidios diarios, que en ningún momento se interesó en ellos y mucho menos crear un proyecto; desapareció 5 mil 542 acabó comedores comunitarios en todo el país; de igual manera con los albergues para mujeres maltratadas; también dio la instrucción para que el 28 de febrero de 2024 se decretara la desaparición del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), siendo “flamante secretaria” de Educación Pública Delfina Gómez Álvarez.
El tabasqueño prometió un crecimiento económico anual del 4%, creceremos en todo el sexenio el .98%, no alcanzamos ni el uno por ciento. Gobierno fallido.
En otra de sus perversas iniciativas, enviadas a la servil LXIV Legislatura Federal, encabezada por Morena y sus rémoras del PT y PVEM, los instruyó para que aprobaran sin quitar coma alguna la desaparición de 109 fideicomisos con un monto de 68 mil millones de pesos que Amlo dispusiera de ellos a su arbitrio, recordemos que entre ellos estaba el Fondo Nacional para la Atención de Emergencias y Desastres Naturales (Fonden), que hasta la fecha ha hecho indiscutible falta para los severas inundaciones en muchos municipios de distintos estados de la república mexicana. Otro error garrafal del tabasqueño, Acapulco aún no ha podido ser reconstruido debido al paso del Huracán categoría 5 del cual López Obrador estuvo enterado antes que tocara tierra y diera aviso oportuno a sus habitantes a través de la otrora ineficaz e ineficiente gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado.
López Obrador es un mandatario que no nos representó dignamente a todos los mexicanos, se dedicó a dividirnos, a enfrentarnos entre todos los mexicanos, porque sus seguidores están cegados, lo veneran a pesar de haber hecho un papel desastroso, de anteponer su ego y sus pifias, a sus “otros datos” a tener un gabinete endeble, repleto de secretarios y secretarias floreros, quienes como él no tenían ni el perfil ni la experiencia para desempeñar ningún cargo.
Es preciso mencionar que la supuesta izquierda millonaria de México, ha tenido en 36 años solamente tres candidatos a la presidencia de la república, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1988, 1994, 2000); Andrés Manuel López Obrador (2006-2012, 2018), y Claudia Sheinbaum Pardo (2024), de la que su triunfo está en tela de juicio y en duda, por el mega fraude perpetrado el pasado 2 de junio, en la que aplicaron la Ley Benford y que científicamente se ha comprobado dicho fraude, en la que ha quedado al descubierto en qué casillas de Conteo Rápido se detectó el fraude y en donde se alteró la votación a favor de Claudia Sheinbaum.
La Ley Benford se utiliza para detectar fraudes financieros, fiscales y electorales, en ésta última se encontró una desviación irregular en casillas que tuvieron entre 200 y 299 votos; es decir, que empiezan con el dígito 2, en las que metieron votos extra o duplicaron actas.
En un amplio documento elaborado por La Carpeta Púrpura se plasma que el experto electoral llamado “Fuerza Ciudadana” sigue investigando a fondo con otros métodos tradicionales, pero faltaba comprobarlo, pero ahora se sabe cómo y dónde hicieron el fraude electoral casilla por casilla.
En dicho documento apunta:” el porcentaje esperado por la Ley de Benford para ese rango de casillas sería de 17.6% y Sheinbaum recibe votos por un porcentaje de 43.51%, es decir una desviación de ¡25.91 puntos porcentuales!, lo cual denota el mega fraude que sorprenderá a los expertos mundiales en fraudes electorales, fiscales o financieros”.
Cita que “los resultados de esta elección ya se convirtieron en una vergüenza a nivel mundial, son totalmente indefendibles, pero al aplicar los algoritmos de la Ley de Benford pasarán a la historia mundial como un gran escándalo. El fraude ha quedado al descubierto, así el Tribunal Electoral haya validado la elección sin haber hecho ninguna auditoría o investigación”.
Prosigue el documento y manifiesta que “después de conocerse esto, los resultados de la elección presidencial de México serán exhibidos a nivel mundial como un ejemplo de lo que no se debe hacer, un ejemplo de fraude que será exhibido en todas las escuelas del mundo”.
La expresidenta de afiliación morenista, Guadalupe Taddei Zavala, quien fue impuesta por López Obrador en abril de 2023 y tres consejeros más, no salió a dar los datos preliminares de la elección presidencial que fue celebrada el pasado 2 de junio, al quedarse callada y no salir a las ocho de la noche como lo prometió, ocultando la información real y veraz de dichos comicios.
Este es el nivel de perversidad que manejó durante los seis años Andrés Manuel López Obrador, violando consuetudinariamente nuestra Constitución y al aseverar cada vez que le convenía: “Y no me salgan con que la ley es la ley”.
Es preciso señalar que su “majestad Andrés I” pasará a la historia como el mandatario que engañó a más de 130 millones de mexicanos a los que les prometió que encabezaría un gobierno honesto, del cambio, en el que se iba a erradicar la corrupción, (es en el que hubo una corrupción desbordada y más casos que en ningún otro), se iba a abatir al crimen organizado en todas sus modalidades, en el que se crecería económicamente al cuatro por ciento anual y no fue cierto.
Todas sus “magnas obras” estuvieron repletas de corrupción, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, de 79 mil millones de pesos de presupuesto inicial, acabó en 115 mil mdp; La Refinería Dos Bocas, en Tabasco, de 8 mil millones de dólares concluyó en 17 mdd y no refina un litro de petróleo; El Tren Maya de 150 mil millones de pesos va en 500 mil mdp y aun no lo terminan; y qué tal el mega fraude de Segalmex por 17 mil millones de pesos.
La lista de yerros y corruptelas cometidas en el gobierno fallido de López Obrador, es interminable, el tabasqueño sigue creyéndose e insistiendo que “es el mejor presidente de la historia de México”, aseveración perversa, distorsionada y mentirosa, seguramente pasará como el candidato que ganó su elección el primero de julio de 2018 y nunca, nunca, supo ni pudo ser presidente de México.
Así pues, Andrés Manuel López Obrador inició su régimen el primero de diciembre de 2018 de la llamada cuarta transformación y lo concluirá el próximo lunes 30 de septiembre como un gobierno fallido. Afortunadamente, estamos a siete días para que se acabe esta pesadilla, llamada López Obrador.
