El martes será la toma de protesta. Una mujer al poder, una de nosotras sentándose en la Silla Presidencial. ¿Se siente diferente? No lo sé. Creo que como cuando una mujer logra algo en la vida, hay algo de sospecha en el ambiente. ¿A quién le debe el triunfo?
Muchos piensan que esta “continuidad” de la transformación es solo un intento de López Obrador de quedarse en el poder , continuar su historia y perpetuarse de una manera velada, pero clara.
A veces, no sé si a propósito, hacer que Sheinbaum permanezca atrás de “ese gran hombre” . No verse como la figura principal, sino como una sombra.
¿Cómo no pensarlo? Si en los temas más ríspidos, como son la economía, la inversión y la justicia, él es quien sigue decidiendo cómo, dónde, con quién y quiénes deben estar involucrados. Tal es el caso de la Reforma Judicial que pone en jaque a todos, pues la democracia hace mucho que dejó de verse como una forma de decidir sabiamente, pues el voto siempre estará sujeto a necesidades y a colores partidistas.
Los datos que ha mostrado el presidente en los últimos días, sus datos, nos hablan de un gobierno sano, lleno de prosperidad, con grandes proyectos, moneda fortalecida, acuerdos claros con los inversionistas, pero como dicen por ahí, solo se barre por donde ve la suegra, porque si miramos bien, si revisamos los otros datos, los no reconocidos, no se resolvió nada en justicia, pues cambiar a un juez o elegirlo no será la respuesta que todos buscan para obtener consuelo por la pérdida de un hijo. El tren maya constituyó un grave ecocidio en el nombre del progreso. Las relaciones con los principales inversionistas como lo son España y Estados Unidos cada vez se enfrían más, por un lado los norteamericanos quieren terminar con el narcotráfico y con ello pasar sobre nosotros, por el otro, los españoles, quienes rechazan dar una disculpa a los pueblos originarios, por los atropellos de la Conquista.
En suma, López Obrador le deja a esta primera mujer, la tarea de sostener sus datos, de mantener una comunicación irónica con otros países y recibir las consecuencias de las reformas.
¿Cómo separarse de esa sombra tan alta, tan icónica? Los mexicanos somos de mitos. Pensar en Andrés Manuel como una figura llena de sabiduría, que ayuda a los pobres y termina con la corrupción, le valió más de un sexenio. Luchar contra esa idea es imposible, porque Obrador se convirtió en una idea, más allá de lo que es realmente. Podrán ir y venir datos sobre él, pero siempre habrá algo que lo mitifique.
Sheimbaum quedará atrapada en esa vorágine de comparaciones, nadie revisará si las fallas serán resultado de estos seis años de intentos de transformar al país. Todos pensarán que no sabe cómo llevar las riendas y claro, le echarán la culpa al hecho de que no es él.
Por supuesto que puede dar un giro la historia y sorprendernos. Demostrarnos que no solo puede superar esa efigie, sino que puede borrar las incongruencias y puede llevar a este país a otro lugar. Como inicio, ser la primera Presidenta en la historia de este país puede ser un buen presagio.
