Desde el principio de los tiempos los seres humanos hemos tratado de distinguirnos los unos de los otros a partir de cualidades que nos hagan “únicos e irrepetibles”; sin embargo, creo que debo aceptar con tristeza que en algo somos muchos los que nos amalgamamos y eso es en nuestro repudio por las matemáticas…
A pesar de todo lo “mágicas” que puedan decir que son, de que las revuelvan con jueguitos y demás, simplemente no me gustan; los programas educativos alrededor del mundo las privilegian por la cantidad de beneficios que traen a largo plazo en aquellos que logran comprenderlas en cuanto al pensamiento analítico, utilización de la lógica, resolución de problemas complejos, desarrollo de habilidades de investigación y un largo etcétera que, dicho sea de paso, parece ser nuestro “coco” en las evaluaciones de tipo internacional.
Después de 22 años de dedicarme a la docencia de idiomas, y todo lo que eso implica –la cultura de las naciones que los hablan, la posibilidad de convertirnos en embajadores de la cultura propia en una lengua extranjera y el desarrollo de un enorme amor y admiración por México–, creo que soy una mujer de letras y no de números, he llegado a creer que una de las razones para el terrible fracaso en ciertos aspectos del Sistema Educativo Mexicano radica en un par de situaciones:
1.Las condiciones en las que millones de mexicanos viven el día a día: No se puede pensar en literatura, en poesía, en ciencias y, menos aún en números, con el estómago vacío…
2.Las condiciones de trabajo a las que se enfrentan millones de docentes: No se puede hablar de vocación y amor por la educación cuando no se tiene resuelto lo más básico de las necesidades en la vida.
A pesar de que el nivel educativo de los municipios, estados y países es un tema que debe más que una preocupación una ocupación de los gobiernos en general, son muy pocos los que están realmente dispuestos a hacer algo que implique poner sus recursos en “riesgo”, olvidando que cuando el dinero se pone en la educación no es un gasto sino una inversión que redundará en beneficio en cuanto al tejido social, las conductas, la incidencia delictiva, la seguridad en general, la posibilidad de auto-emplearse, en fin temas interminables.
El pasado 23 de agosto el gobierno del Ayuntamiento de Metepec, encabezado por el Lic. David López Cárdenas, puso en marcha el programa #Metepec #DecideContigo #PorLaEducación, por segundo año consecutivo, siendo el único municipio a nivel nacional en invertir un aproximado de 30 millones de pesos con la intención de beneficiar a una población estudiantil de casi 37,000 chicos de educación básica pública –preescolar, primaria y secundaria– que se verán beneficiados recibiendo una mochila –o lonchera en el caso de preescolar– tenis y chamarra. De esta manera los impuestos de los metepequenses se reinvierten en ellos, en uno de los temas más sensibles a nivel nacional que es justamente la educación de los niños y jóvenes de este país.
Ojalá que en poco tiempo sean más los ayuntamientos que se sumen a este tipo de medidas que permiten a los padres de familia dejar de preocuparse por este tipo de temas y destinar recursos en la formación de mejores mexicanos.
Esta es una demostración de que cuando los gobiernos se comprometen con su ciudadanía y se cuenta con ciudadanos responsables en el pago de sus contribuciones, se obtienen resultados que benefician a la población. Este programa demuestra claramente una máxima sencilla, pero que debe ser recordada por la administración pública en general: si se quiere se puede.
Paloma Cuevas Ramos
Sapiosexual, columnista, escritora y locutora. Corresponsal del programa A medios chiles de #LaPayolaRadio. Promotora y gestora cultural incansable. Madre y cómplice de sus tres mosqueteros, amante del café y de la verdad sin anestesia.