El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tendrá súper poderes derivados de la recién aprobada Ley Fiscal por el sometido Senado de mayoría morenista y sus rémoras petistas y kiwis (los simulados verdes ecologistas), que entrará en vigor a partir del primer minuto de 2026, otorgándole aún más súper poderes de los que poseía, debido a que se fortalecerá a dicho organismo en todos los rubros, lo que redundará en excesos y, obviamente, en la automática indefensión de los más de 70 millones de causantes, físicos y morales, a nivel nacional.
El principal objetivo de dicha aprobación fiscal es combatir la evasión, otorgándole excesivas facultades a dicho organismo, como el acceso inmediato y en tiempo real a datos en las plataformas digitales y sanciones “severas” (más de las que existen actualmente) a empresas, lo que incluye la posible suspensión inmediata de sellos digitales, con efectos principales desde el mismo enero y abril de 2026.
Se le otorgan al SAT las herramientas necesarias para una vigilancia “más profunda” (de las que ya ostenta), incluyendo el acceso ipso facto a información de plataformas digitales como apps de transporte, streaming y compras.
En cuanto al acceso inmediato a las plataformas digitales, se le otorgan facultades para ingresar en tiempo real al SAT y el bloqueo temporal del servicio si no cumplen, además de nuevas obligaciones de retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto sobre la Renta (ISR) para intermediarios.
Las sanciones a empresas se tornarán más severas en cuanto a la Cancelación de Sellos Digitales (CSD) por incumplimiento, afectando la capacidad de operar y facturar.
De igual manera, se asegura que habrá mayor combate a la evasión, con el fortalecimiento contra redes de facturación falsa, por lo que habrá depuración del Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
También se autorizaron nuevos impuestos dentro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), en los que se incluye un gravamen para productos con nicotina, vapeadores, bolsas y un impuesto del 8 % sobre videojuegos con contenido violento o para adultos.
De igual manera, habrá modificaciones al Código Fiscal de la Federación (CFF) para impugnar decisiones judiciales, y se implementan cambios al mismo CFF para fortalecer su vigilancia. Habrá mayor escrutinio, necesidad de diligencia en proveedores y riesgo de cancelación del Certificado de Sello Digital (CSD).
La mayoría de estas reformas entrarán en vigor a partir del primer minuto de 2026, aunque el artículo sobre acceso a plataformas digitales inicia el primero de abril.
De esta manera, la mayoría de senadores de Morena y sus rémoras del PT y los kiwis verdes le abren aún más las fauces al SAT para crear un mayor terrorismo fiscal hacia los contribuyentes (léase personas físicas y morales), que deberán irse por la derecha, a fin de no propiciar ni cometer excesos para no tener encima a dicho organismo, que viene con todo el peso de la ley de su lado para el próximo 2026.
DESESPERACIÓN EN PALACIO NACIONAL
Todo indica que las cosas no le están saliendo bien al régimen cuatroteísta de Claudia Sheinbaum Pardo, ya que el raquítico crecimiento económico del 0.3 % con el que cerraremos este complicado 2025 ha desesperado sobremanera a la inquilina de Palacio Nacional, debido a que su reducido equipo de trabajo y un gabinete que es de mayoría impuesta por el tabasqueño han asestado golpes bajos y nada certeros.
Los nulos resultados están a la vista de los más de 130 millones de mexicanos, como la salida incontrolable de capitales golondrinos, que asciende a más de 150 mil millones de pesos, debido a la falta de certeza jurídica y de proyección del gobierno, aunado a los escándalos de personas allegadas a Andrés Manuel López Obrador, como su “hermano” Adán Augusto López Hernández, exgobernador de Tabasco, con el cártel “La Barredora”, que dirigió hasta su salida de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, el hoy procesado en el Centro Federal de Readaptación Social de Almoloya de Juárez, Hernán Bermúdez Requena, quien fue capturado el pasado 12 de septiembre y extraditado desde Asunción, Paraguay.
A pesar de que Claudia Sheinbaum repite a diario que “vamos bien y nos va a ir mejor”, el panorama no es nada halagüeño para nuestro, de por sí, vapuleado país en 2026: la elevada inflación y la incómoda reaparición del exescondidito, ahora “historiador”, Andrés Manuel, con la presentación de su libro Grandeza, que más bien debió titular Bajeza, en un video de 90 minutos, ¿Qué le pasa?, grabado desde “La Chingada”, su rancho, apreciable lector, y que, para su infortunio, no fue tendencia, por lo que se esfumó rápidamente.
En su “best seller” cambió de un plumazo la historia del México prehispánico, así como acabó con las instituciones autónomas y sus 109 fideicomisos, con la separación y sumisión de los tres Poderes de la Unión, sin olvidar también que Adán Augusto López le hizo la tarea a AMLO al comprar miles de libros que repartió entre los senadores morenistas, que tendrán que venderlos para que sea un verdadero “hitazo”.
Trampas, mentiras y engaños, y más calificativos negativos, son los que siempre han rodeado y manejado al macuspano, quien nunca cambiará y con los que fracasó en su régimen.
Ya son siete años de dos gobiernos izquierdistas morenistas que hasta hoy no han podido vislumbrar un crecimiento económico debido a la falta de experiencia en políticas y administración pública, aunado a la falta de proyectos progresistas en los que la iniciativa privada, tanto nacional como internacional, confíe plenamente en los regímenes de la autollamada Cuarta Transformación y que no han podido cohesionar.
Sus argumentos absurdos versan en su medición llamada “economía humanista”, que ha generado en siete años 2.4 millones de empleos, la mitad de los creados en el gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto, con 4.3 millones.
Tampoco se pueden esconder las cifras del crecimiento del 55 % del empleo informal, con lo que, obviamente, dichas personas carecen de seguridad social (acceso al IMSS, ISSSTE o su autobautizado IMSS-Bienestar), que, por cierto, ha dejado a más de 45 millones de ciudadanos sin seguridad social o acceso a clínicas u hospitales gubernamentales, los cuales, por cierto, en decenas de casos carecen de lo más elemental, como medicamentos, y ya son siete años de carestía de éstos.
No olvidemos que un porcentaje importante de los trabajadores informales son sus propios patrones, que no tendrán derecho a recibir pensión en el ocaso de sus vidas productivas. Debido a la falta de certeza de estos gobiernos, 11.6 millones de trabajadores han tenido que retirar dinero de su AFORE por desempleo.
El gobierno otorga recursos a 18 millones a través de sus llamados programas sociales. Respecto a la deuda pública, para 2026 cerrará en ¡20.6 billones de pesos!, el 60 % del Producto Interno Bruto (PIB); es decir, la administración tendrá escaso margen de maniobra para proyectos inmediatos, por lo que el terrorismo fiscal ya es una realidad.
En tan solo siete años, López Obrador y Claudia Sheinbaum duplicaron la deuda pública, que era de 10.4 billones de pesos al término de la gestión del otrora gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto, y, de no componerse el escenario durante los primeros meses del año entrante, podremos perder el grado de inversión y entrar en una severa recesión.
Los yerros cometidos por el régimen lopezobradorista fueron terribles; su autoritarismo nos llevó a senderos nunca antes pisados. Se tuvo un paupérrimo crecimiento sexenal del 0.9 %, el peor en los últimos 35 años. Recordemos que una de sus decenas de promesas incumplidas fue la de crecer al 5 % anual, situación que nunca fue, al igual que el abatimiento del crimen organizado, al que abrazó siempre. Y qué tal la promesa de que no se iba a endeudar ni un peso, y lo hizo. Siempre se manejó con una mitomanía desbordada el tabasqueño.
SIN ASPAVIENTOS…
Las cifras no nos favorecen en materia de honestidad; es decir, México ocupa el lugar 140 de 180 naciones evaluadas a nivel mundial en corrupción, con una paupérrima calificación de 26 puntos sobre 100 posibles, y representa la peor posición histórica, de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 (IPC).
Vergonzosamente, nos ubicamos por debajo de naciones de Centro y Sudamérica, como Honduras y Paraguay, y africanas como el Congo y Uganda.
Recordemos que tenemos a cuestas el mayor fraude fraguado en la historia de nuestro país: el huachicol fiscal, encabezado por el mayor corruptor que se haya sentado en la silla presidencial, Andrés Manuel López Obrador, que rebasa los ¡600 mil millones de pesos!, y que la jefa del Ejecutivo Federal, Claudia Sheinbaum Pardo, no ha querido hacerlo público por temor a que se entere el “pueblo sabio”, que, por supuesto, ya sabe de este descomunal descalabro a las finanzas públicas federales.
Hasta hoy no han caído los principales cabecillas de esta poderosa red de delincuentes, que al parecer ni se les molestará ni se les tocará, debido a que la cofradía morenista y cuatroteísta siempre se protegerá, a pesar de haber cometido cualquier tipo de delito o atrocidades que están a la vista de todos los mexicanos.
Para todos los morenistas, hasta hoy, está el beneficio de la ley. En ningún gobierno se había visto tanta protección a funcionarios, presidentes municipales, diputados, senadores o gobernadores. En anteriores administraciones priistas y panistas, a los pillos los hicieron renunciar y hasta a la cárcel los metieron; hoy, simplemente, ni siquiera tienen la dignidad de pedir licencia o renunciar.
Así se las gasta la 4T.
