La democracia no se reduce a los procesos electorales, aseguró el padre Jesús Vergara Aceves, del Centro de Estudios Tata Vasco un año antes de concluir el sexenio salinista. Vergara ya había analizado a fondo el fenómeno electoral y el impacto de los medios de comunicación en los mismos.
“Pues no sólo sería una limitación de su posible campo de acción, sino que, además, enfrentaría la posibilidad futura de anulación, dado que el mensaje de las tendencias electorales, y de la votación, está siendo cada vez más manipulada por los medios de comunicación masiva, concluyó Vergara Aceves en su análisis sobre la Realidad Nacional.
Después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador habrá que ver cómo los medios de comunicación masiva, incluyendo las “benditas redes sociales”, servirán a la nueva oposición para perfilarse en su regreso al poder. Seis años no bastan, pues después de Lázaro Cárdenas muchos logros se empezaron a venir abajo. Y después de los gobiernos perredistas de 2006 a 2009, que dominaban parte del área conurbada vino la re-embestida priista barriendo el avance de esa izquierda.
La reacción, como la calificarían los liberales de la Revolución francesa, no cejará en su intento de volver al poder y estará a la espera de errores de funcionarios tanto de alto nivel como de presidentes municipales morenistas para retomar trincheras -se verá en las intermedias dentro de tres años-. Una de ellas la de los medios de comunicación.
Ante el embate de los realistas modernos, la pregunta obligada es ¿Andrés Manuel López Obrador generará sus propios medios de comunicación como una radio y televisión? ¿Y hasta un medio escrito, incluso más crítico, de verdadera izquierda, que los que se dicen baluarte de la centro-izquierda pero que han jugado al compás de los intereses del poder económico en turno?
En su colección Testimonios de Atlacomulco, el escritor y poeta mexiquense Mario Colín asienta, como ha coincidido la Secretaría de Educación Pública en libros de texto, que “la palabra escrita a diferencia de la que se pronuncia o en el diálogo, tiene mayor grado de reflexión y de responsabilidad porque se medita.” “El tema sobre el cual escribimos se busca afanosamente, se piensa el mensaje, se afinan las ideas, se pule la expresión”. Sultepec fue cuna de la primera imprenta y periódico editado en el estado de México, Real de Minas.
Pero Atlacomulco vio nacer importantes imprentas, muchas de las cuales existen ahora con renovada maquinaria al servicio del poder económico, como la Velasco Hermanos, de Samuel Suárez, la Paladín de Arturo Monroy Robles que editó el periódico Paladín, entre otras de gran influencia.
Miguel Hidalgo y Costilla fundó el primer periódico independiente, el Despertador Americano, como una necesidad de difusión ideológica, en contraste con la extrema censura a cualquier documento durante la Colonia.
MORENA habrá ganado el Congreso y más de 50 alcaldías en la entidad, pero los medios de producción y de comunicación están en manos privadas. Y en México la propiedad privada se respeta de acuerdo a la Constitución Política, como lo defiende el mismo AMLO.
En el caso de la era lopezobradorista el periódico Regeneración hace un parangón con Real de Minas y el Despertador Americano, pues el de Sultepec inició año y medio después de la Independencia y le siguieron decenas.
Pero Regeneración no vislumbra un perfil periodístico aún consolidado y el cambio ya enfrenta planteamientos que lo cuestionan como el del EZLN.
Habremos de ver si Regeneración se convierte en un diario nacional o surgen otras opciones afines cobijadas por el sexenio amloísta. La necesidad de hacer frente a ataques, cuestionamientos y darle validez a su palabra transexenal no recaerá en medios exclusivamente comerciales con visión empresarial, aunque se digan de izquierda, porque por el simple hecho de tener una visión comercial no garantizarán al ciento por ciento la credibilidad de un gobierno que asegura pugnar por un “cambio radical”. Andrés Manuel ya lo palpó cuando esos medios le reconocieron ser Presidente Legítimo y después ante las presiones de la censura y la autocensura por compra de publicidad le desconocieron ese grado.
Para lograr la verdadera “República Amorosa” se requerirá no sólo de la noticia, la foto y el reportaje cotidiano meramente informativo o pagado, sino de un medio de orientación y, sobre todo, de formación ideológica, pero ante todo cívica, que logre la armonía ciudadana prometida y forje seguidores que defiendan su proyecto. Requerirá de un medio no que se diga de centro izquierda y que al mismo tiempo se declare empresarial, sino de uno exclusivamente no lucrativo que sea de verdadera izquierda que defienda los interesas de clase y no de grupos o del mejor postor a publicitarse.
Andrés Manuel está plenamente consciente de ese hecho, es un apasionado de la historia de México y seguramente conoce la trayectoria de los medios desde la Colonia, la Independencia, la era juarista, de la Revolución y los de ahora y no se dejará llevar por el canto de las sirenas que pregonan medios que a conveniencia son afines a su causa. Porque mañana podrían cambiar de acuerdo a sus intereses comerciales. Visto está.
Acabar con 500 años de crímenes, desigualdad y corrupción no lo harán los medios comerciales. Esto hace pensar que AMLO promoverá sus propios medios de comunicación y de formación que también influirán en una posible defensa de su persona política una vez que deje la Presidencia, para que no le apliquen lo que a Lula da Silva, en Brasil, a Cristina Fernández en Argentina o a Rafael Correa, de Ecuador, a quien hoy acusan de un risible supuesto delito judicial, pues ante un posible desafuero a posteriori Andrés Manuel podría enfrentar una intentona de juicio legaloide con el más cómico de los pretextos. La reacción, que ya se reaglutina camaleónicamente, no perdona disidencias.
*Presidente de la ONG Franature