Los mexicanos ya no queremos promesas de queso, sino salir de la ratonera.
Por años, décadas ya, economistas tecnócratas y políticos de todos tipos y partidos, han prometido el oro y el moro, a la palabra o ante notario, sin lograr sacar al país del crónico estancamiento, la pobreza y la creciente violencia, la gran corrupción y la extrema desigualdad.
No han faltado los diagnósticos y las sugerencias. Entre el 5 y el 7 de junio de 2003, 54 especialistas en economía con amplia experiencia académica, en el servicio público y en el ejercicio independiente de la profesión, se reunieron por vez primera en Huatusco, Veracruz, con el fin de debatir en torno a la pregunta ¿Por qué no crecemos? Desde entonces esos y otros economistas se han reunido anualmente para seguir reflexionando sobre el tema.
Entre esos 54 economistas que trataban de contestar esa interrogante, se encontraban dos que pronto estarán en posiciones importantes en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador: Graciela Márquez Colín, como futura Secretaria de Economía y Gerardo Esquivel Hernández, como el próximo Subsecretario de Presupuesto en la Secretaría de Hacienda.
De ese grupo hay otro economista interesante, Jaime Ros Bosch, que le ha puesto desde hace años el cascabel al gato, primero en su libro de 2013: ¨Algunas tesis equivocadas sobre el estancamiento económico de México¨, donde argumentó acertadamente que gran parte de las reformas del gobierno de Peña Nieto no iban a tener éxito en sacar a México del estancamiento. Y luego, más recientemente, en 2015 en su obra: ¨¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad?¨, donde propone una reorientación de la estrategia de desarrollo y la necesidad de políticas públicas que promuevan el crecimiento y simultáneamente reduzcan la desigualdad social (ambas publicaciones son co-ediciones del Colegio de México y la Universidad Nacional Autónoma de México).
Aunque Ros no aparece en algún cargo de la próxima Administración, sus ideas sí que están presentes y si no, vean si el índice de su reciente libro no les hace pensar en el programa que a grandes rasgos ha esbozado el propio Presidente Electo, por ejemplo, cuando habla de hacer obras de infraestructura en el sur, de los impuestos, de fomentar la banca de desarrollo, de desarrollar la industria nacional, y de aumentar el salario mínimo y bajar los altos salarios en el gobierno y reducir la pobreza:
ÍNDICE
Capítulos
I
EL DÉFICIT EN INFRAESTRUCTURA Y EL REZAGO DEL SUR
II
LA TRAMPA FISCAL: LA BAJA CARGA TRIBUTARIA COMO OBSTÁCULO AL CRECIMIENTO Y LA REDISTRIBUCIÓN (del ingreso)
III
EL BAJO NIVEL DE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA Y LA REFORMA FINANCIERA
IV
¿HACIA UNA NUEVA POLÍTICA INDUSTRIAL?
V
EL RÉGIMEN DE METAS DE INFLACIÓN Y EL TIPO DE CAMBIO REAL
VI
EL PAPEL DE LA POLÍTICA SALARIAL EN LA REDUCCIÓN DE LA DESIGUALDAD Y LA POBREZA
Está por verse cómo el Subsecretario Esquivel acomoda en el próximo Presupuesto de la Federación para 2019 estos líneas de ingreso y gasto, tomando en cuenta la situación y el entorno en que recibe el país y la Administración Pública y, por supuesto, con la aprobación del Congreso.
Y lo que haga la Dra. Márquez en la Secretaría de Economía será my importante para reorientar el rumbo del país hacia la salida de la trampa del lento crecimiento, más lo que hagan otras Secretarías para aplicar nuevas políticas públicas en cuestiones salariales y de bienestar de la Nación para reducir la alta desigualdad. Y, por supuesto, todo esto tendrá que hacerse con la cooperación eficiente de empresarios solidarios y trabajadores preparados, no sólo con la mayor acción eficaz del Gobierno.
No será fácil la tarea porque no todos están de acuerdo con estas ideas y de su correcta aplicación y ejecución dependerá el mayor o menor éxito que se tenga ante las resistencias y limitaciones de un país que ha sido mal gobernado y mal administrado en las últimas décadas y hereda en lo social una creciente violencia interna y en lo económico una enorme deuda pública que permite escasos márgenes de maniobra gubernamental para promover la inversión.
En fin, deseamos mejores resultados, porque los mexicanos ya no queremos promesas de más queso, sino empezar a salir de la ratonera del subdesarrollo, sabiendo que al menos al amenazador gato, fuente de problemas, ya alguien tuvo el valor de ponerle el cascabel...
Cuando empezó el sexenio, el viejo gato todavía estaba allí.
(Septiembre 2018)