Se dice en versiones mediáticas que a los ricos y poderosos del planeta no sólo les dolió la encíclica del Papa hecha en 2015 sobre el fuerte jalón de orejas que les hizo para que de verdad contribuyan a mejorar el medio ambiente y, por ende, la salud de la humanidad, sino que, perversamente, trataron de influir para que dicha encíclica no viera la luz en la opinión pública.
Finalmente, la encíclica los hizo meter la cola entre las patas o, como coloquialmente se estila decir, “se la tuvieron que tragar”. Pero a tres años de haber sido emitida por el Vaticano, esos ricos y poderosos cuyo afán de lucro los lleva a dañar la ecología del planeta con sus prácticas anti ambientales ¿hicieron su tarea?
La conclusión es ¡no! Y así lo revela el documental de National Geographic Antes que suceda, que protagoniza el actor Leonardo Di Caprio, en el que no solamente revela el gran deterioro ambiental, principalmente, por la explotación del petróleo en arenas bituminosas, sino en el que aparece en una entrevista con el pontífice al destacar los principios de esa encíclica en su aspecto ecológico y el llamado que éste le hace para que siga en la lucha por fomentar la conciencia ecológica entre la humanidad.
¿Qué escribió el Papa?
En su encíclica, que cito en mi libro de recién aparición intitulado El ayuno que sana, rejuvenece y libera, el Papa refiere:
“Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático. Pero muchos síntomas indican que esos efectos podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de consumo. Por eso se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de anhídrido carbónico y de otros gases altamente contaminantes sea reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable. En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a energías limpias y renovables…”
*Presidente de la ONG Franature