Jesús Ramírez Cuevas, vocero del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se quejó: aún no somos gobierno, y ya quieren respuestas como si lo fuéramos, “nos tratan como si gobernáramos”. Parece que quien será responsable de una de las tareas estratégicas en la administración federal, no se ha percatado que ellos mismos –los morenistas- son quienes se han colocado en esa circunstancia desde el 2 de julio pasado, luego de su triunfo en las elecciones.
Durante el encuentro: “Desafíos para la vocería. Coordinadores de Comunicación Social”, realizado en el centro Bella Época del Fondo de Cultura Económica (FCE), Ramírez Cuevas no explicó con claridad los planes, programas o acciones que realizará el próximo gobierno federal en materia de comunicación social. Sólo afirmó que la sociedad estará al centro.
Aprovechó el foro para señalar gastos excesivos en materia de comunicación en los gobiernos anteriores, y a pesar de ello –explicó- hubo un alejamiento entre gobernantes y gobernados. “Fue un monólogo que fracasó”, porque se creó una opinión pública artificial.
La queja de quien será responsable de coordinar la comunicación del gobierno federal, a partir del próximo primero de diciembre, podría ser válida, pero precisamente ayer –durante su visita al Estado de México y en reunión con el gobernador Alfredo Del Mazo Maza-, el presidente electo, López Obrador, afirmó que se presentó el “Programa del Gobierno de la República destinado a mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los ciudadanos, de los habitantes del Estado de México”.
Si hay queja de que la sociedad y los medios de comunicación los traten como gobierno ha de ser porque así se conducen. Ayer mismo, el próximo titular de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, recorrió la zona donde se realizan las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y anunció algunas de las valoraciones que realizan en torno a esos trabajos.
¿Cómo pretenden que no se les trate como autoridades, si todos los días han hecho anuncios sobre planes, programas, acciones, nombramientos y expresiones con respecto a hechos relevantes?
Precisamente ayer, en el Palacio del Poder Ejecutivo de la capital mexiquense, Andrés Manuel López Obrador explicó que se entregó la propuesta de su programa de gobierno: “se van a invertir en el Estado de México, en apoyo directo a los habitantes de este estado, el más poblado de la República, se van a destinar 46 mil millones de pesos. Es el estado que va a recibir la mayor inversión de presupuesto federal en materia de desarrollo social, para programas de bienestar”.
¿Cómo no percibirlos como gobierno si anuncian esas estrategias? Incluso el gobernador Del Mazo ya se refiere a ellos como “el gobierno de la República”, como si estuvieran en funciones.
Y con respecto a esa inversión para el Estado de México, el presidente electo explicó que una de las razones es porque aquí se encuentran millones de mexiquenses que viven en pobreza. “Se va a atender a todos, se va a escuchar a todos, pero se le va a dar preferencia a los humildes. Por el bien de todos, primero los pobres”, afirmó.
Con riesgo de que me coloque en la categoría de “prensa fifí” –como la define el propio presidente electo- y en apego a la libertad de expresión, que él mismo asegura respetar, me parece que quien será el próximo vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, aún no tiene clara la dimensión de la responsabilidad que asumirá, y cree que sigue en campaña, porque su argumentación no supera las expresiones demagógicas de colocar en el centro de la comunicación a la sociedad, pero no precisa exactamente cómo se hará eso, y ya no hablemos de resolver crisis mediáticas.
Así que habrá que observar el desempeño de la próxima administración, porque -como bien lo advirtió, Claudio Flores Thomas, especialista en opinión pública y consultoría política- “las altas expectativas son las pesadillas de los ganadores”, y –desde su experiencia- prevé que a partir de marzo próximo, la sociedad mexicana ya habrá evaluado si efectivamente el nuevo gobierno cumplirá la altas expectativas que existen… o podría perderle la confianza.
El reto no será sencillo y con mayor razón se requerirá una comunicación política de alta especialidad, porque nunca será lo mismo comunicar en campaña que comunicar desde el gobierno.
PERCEPCIÓN
En las comparecencias de los integrantes del gobierno estatal ante la LX Legislatura local hubo llamados, reclamos, exigencias a los funcionarios del Ejecutivo… ahora tocará a las diputadas y los diputados tomar las decisiones que verdaderamente cambien las políticas públicas en la entidad, o terminaremos “con mucho ruido y pocas nueces”.