Toluca/Estado de México
Alma Karen Carrillo Galvis pide ayuda a las autoridades mexiquenses, pues tras varios años de ser víctima de violencia física, verbal y económica, decidió separarse de su marido, quien ahora la amenaza de muerte y con quitarle a su hijo.
Karen, se casó cuando ella tenía 17 y él 19 años, pues pese a que ella no tenía problema de continuar su relación y embarazo sin legalizar la unión, su madre le recomendó casarse. Durante cinco años fue víctima de diversos abusos por parte de Oliver N, pero no denunció por “pena, por miedo. No sabía cómo debía actuar”, dijo; sin embargo, en marzo pasado salió de su casa y demandó el divorcio, ahí fue cuando comenzó “lo peor”.
Dijo que en esta travesía, su propia madre se ha unido a su exmarido, hasta el punto de que durante las audiencias en los juzgados del Poder Judicial donde se lleva el juicio por la custodia, la insultan, la agreden y acosan sus familiares.
Reconoció que no sabe los motivos por los que su mamá está a favor de su exmarido, pero supone que es porque la favorece con dinero, dado que se dedica a la construcción y tiene una posición financiera holgada.
Detalló que el 13 de marzo su ex esposo tenía visita con su hijo, pero se lo llevó sin su consentimiento. “Ese día él me insultó por teléfono, me dijo que se lo llevaba y no lo volvería a ver, me bloqueó de todas las vías de comunicación y luego no supe más de ellos”. Por esta razón acudió a la fiscalía, donde incluso emitieron una alerta Odisea, para dar con el paradero del bebé.
El 22 de marzo a Karen le marcó su mamá para decirle que su ex pareja y ella le entregarían al niño afuera de la casa de su papá.
“Me dijo que si quería verlo debía ir a la colonia Sánchez Colín, en Toluca por él. Cuando yo llegué vi a un primo mío vigilando la calle, le dije ¿qué haces, estás esperando para hacer un desastre, verdad? Él con miedo volteo a ver la camioneta de junto. Ahí estaba el papá de mi bebé. Yo le pedí que me entregara a mi bebé, comencé a golpear la puerta de la camioneta, él me dijo que no, me intentó subir por la fuerza, grité, me defendí pero lograron subirme a la batea entre al menos 10 a 15 personas. Los vecinos trataron de ayudarme, hay testigos de estos hechos”, platicó.
A la joven se la llevaron a Michoacán entre su mamá, su hermana, el papá de su hijo, primos y otras personas, en el trayecto la pasaron a un automóvil donde estaba su bebé, y al siguiente día “por fortuna me rescataron unos amigos”.
Narró que por estos hechos estableció una denuncia ante el MP por privación de la libertad, ahí mostró videos y fotografías, además de mensajes de texto que comprueban la acusación, y aunque la FGJEM emitió una orden de protección, la policía de Metepec, donde ella reside, no le ha proporcionado vigilancia alguna.
Por estas condiciones solicitó a la juez del noveno juzgado, encargada del juicio de custodia que las visitas de su exesposo a su hijo fueran vigiladas, pues además le quitaron el pasaporte y visa de su hijo, bajo la amenaza de que un día “ya no lo volveré a ver”; “aunque ella misma ( la juez) ha visto las agresiones de mi mamá en mi contra, la forma como él me amenaza e insulta, decidió creerle a él que soy drogadicta y que no estoy apta para cuidar a mi hijo”.
Por el momento Karen demanda justicia, pide no ser una víctima más de la violencia contra las mujeres, que le permitan demostrar con una investigación real que ha sido víctima de violencia por años y que sólo quiere educar a su hijo en otro ambiente.
“Mi papá ha recibido amenazas de muerte, le aventaron piedras a su casa con mensajes de advertencia y a mi no dejan de acosarme. Tengo miedo de ir a trabajar, de salir a la tienda o a la calle. No solo es la violencia común contra las mujeres, es también que tengo una sentencia de muerte”, lamentó.
