Deni Aurora, estudiante de la UAEMéx, salió de su casa a buscar sus sueños... ya no regresó

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Deni Aurora, estudiante de la UAEMéx, salió de su casa a buscar sus sueños... ya no regresó

Jueves, 06 Septiembre 2018 16:59 Escrito por 
Deni Aurora, estudiante de la UAEMéx, salió de su casa a buscar sus sueños... ya no regresó Foto: Filiberto Ramos

Ocoyoacac/Estado de México

“¡Mi hija salió de aquí a las ocho de la mañana y ya no regresó, hasta las cuatro de la madrugada del domingo, en una caja”, recuerda Leopoldina Jiménez, mamá de Deni Aurora, alumna de la facultad de Humanidades hallada sin vida el sábado 1 de septiembre al fondo de una barranca en Ocoyoacac.

Deni Aurora Hernández Jiménez, tenía 22 años de edad, era originaria de la comunidad de Santa María Tepexoyuca, municipio de Ocoyoacac y cursaba el octavo semestre de la licenciatura en Información Documental en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Era la menor de cuatro hermanos y vivía en el seno de una familia feliz formada por Leopoldina y su esposo Fernando y antes de ser hallada sin vida, los sueños de Deni estaban centrados en su tesis y terminar la carrera, para algún día construirle una casa en la playa a su mamá, repite Leopoldina. Esos sueños salieron junto con la joven la mañana del sábado pasado de su casa, para no volver.

Sentados en un par de sillas que sirvieron para el velorio, ambos platican de lo ocurrido.

En el pasillo de entrada a su domicilio en Santa María de Tepexoyuca, se instala uno junto al otro, donde apenas el lunes pasado permanecía la caja con el cuerpo de Deni. Al fondo hay una mesa revestida con un mantel blanco que tiene encimado un ramo de flores y en la cabecera un crucifico de gran tamaño. La escena la complementan unas veladoras que forman una cruz tendida al piso.

¿Están convencidos que su hija fue asesinada? Se le pregunta a la pareja. La respuesta es tajante.

“Sí lo estamos, mi hija era sumamente inteligente y tenía muchos sueños, nunca hubiera ido hasta ese lugar sin que la hayan forzado”, sostiene la madre de Aurora.

Su rostro es duro y sus palabras firmes: “No hemos tenido tiempo de ver eso, porque estamos con los rosarios, pero una vez que pase todo esto, vamos a ver lo que pasó”, aclara la mujer.

La tragedia tocó a sus puertas el sábado pasado 1 de septiembre, porque la menor de sus hijas fue localizada muerta.

Ese día Deni, salió en punto de las 8:00 horas como era su costumbre y por su necesidad de ganarse un ingreso para sus gastos escolares.

Unas cuantas horas después, alrededor de las dos de la tarde, la familia recibió una llamada. Era para informar que su hija se había accidentado. La verdad de lo ocurrido no se les dijo por teléfono, fue hasta llegar al restaurante que la noticia fría les colapsó la realidad.

“Regresamos de hacer unas compras. Mi hija Laura nos avisó que había hablado su esposo, que porque le había avisado un concuño, que Deni había sufrido un accidente”, recuerda Fernando.

La joven era ayudante de meseros en un restaurante cercano a La Marquesa en la carretera México-Toluca, donde tenía poco más de tres semanas.

“Yo le dije a uno de sus compañeros, dime dónde está mi hija y sólo se me quedó mirando, luego se me acercó un señor y nos dijo, es que había una pendiente y ella se cayó y murió, así no lo dijo”, recuerda Leopoldina.

Después de esas escenas y las siguientes horas que habría vivido Aurora es confuso y no hay certeza de lo ocurrido.

El cadáver fue rescatado hasta después de las 19:00 horas en medio de la lluvia, y la familia pudo reclamar el cadáver de su hija hasta altas horas de la madrugada.

“Me decía mami te voy a construir una casa en la playa y me voy a casar con un argentino, esos eran sus sueños”, repite la madre de la universitaria.

Sus padres la definen como una joven entusiasta y disciplinada, pues mantenía sus gastos con el empleo de medio tiempo en el restaurante, del que sacaba para sus pasajes y la comida de su mascota, a la que recogió de la calle moribunda.

“Su gatita se llama Lucifer, estaba en la calle toda maltratada, decía que trabajaba para su bendición, así le decía”, recuerda don Fernando.

El festejo en familia por la graduación de Aurora ya planeaba, otro viaje a la playa porque su hija amaba estar allá. Los planes se quedaron con la ilusión.

“Todos sus compañeros vinieron a despedirla, sus profesores hablaban maravillas de ella”, comentan los padres.

La violencia que se adueña del Estado de México, ahora obliga a la familia Hernández Jiménez a encaminarse por el activismo. Ese será su camino una vez que pase el duelo.

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