Metepec/Estado de México
Con la fe puesta en que la celebración del Día de Muertos en México no se detiene, pese a la pandemia por Covid-19, los artesanos de papel picado en Metepec, continúan elaborando imágenes que quedarán plasmadas en tonos lilas, morados, naranja, fucsia o verde, tradicionales de la cultura mexicana, que darán vida y alegría a los altares en casa.
Sergio Alejandro Hernández Martínez, es artesano en papel picado, originario de Metepec, lleva 35 años de experiencia en el cincelado y es la segunda generación de su familia que se dedica a esta actividad. El oficio, dice, lo aprendió de su papá, aunque se perfeccionó en el extranjero en las técnicas de tijeras y cutter.
Recordó que su padre tiene 52 años de trayectoria, con sólo 68 años y toda una vida dedicado a esta actividad que le permitió educar a sus hijos, ver crecer a sus nietos y salir adelante haciendo siempre lo que más le apasiona, que es plasmar muchas de las imágenes que dan identidad a los mexicanos, en un papel que será apreciado por los integrantes de una familia o los asistentes a un evento social.
Para elaborar estas piezas, dijo, se debe involucrar el sentimiento, pues elaborar cada una de estas delicadas piezas implica involucrar la imaginación, el talento, la cultura y tener como resultado un arte efímero que transmita alegría, angustia, tristeza, triunfos y todo lo que sucede en la vida cotidiana.
Este año dijo, ninguna de sus creaciones será dedicada a la muerte por Covid, por respeto a los familiares que perdieron a un ser querido durante la pandemia y también porque tratan de no reflejar los problemas sociales en su trabajo, sino darle un sentido más armónico y alegre. “La idea no es plasmar tragedias, nos gusta más darle colorido, fiesta, amor, alegría, aún sabiendo que nos ha impactado a todos esta pandemia”.
En 2020, dijo, las ventas redujeron hasta en 60%, aunque aspiran a que con esta temporada de muertos y el fin de año, logren elevar en algo sus ingresos; sin embargo, no se lamenta, pues aseguró: “hay artesanos que perdieron más del 80% de sus ganancias”.
“Tratamos de darle iconografía de alegría, porque es un arte efímero, pero queremos que el resultado sea de alegría y colorido. Se podría decir que sí es un oficio al que le debemos destinar varias horas al día, aunque amanezcas cansado, estresado, porque al final de cuentas cuando uno empieza a picar el papel, se pasa el tiempo hasta que pierdes la noción”, relató.
Además de elaborar papel para el Día de Muertos, esta familia se dedica a realizar portadas para iglesia, que se usan en las patronales, gran parte del año lo ocupan en eso y en eventos sociales, pues también es muy solicitada la técnica para bodas, XV años, bautizos y todo tipo de celebraciones. “Tenemos cuatro temporadas fuertes, son la primavera, fiestas patrias, día de muertos y navidad. Todo el año piden para todo tipo de festividad y restaurantes, en el extranjero, sobre todo cadenas que se dedican a la comida mexicana”.
El trabajo de los artesanos, comentó, ha llegado al Reino Unido, China, Suiza, Alemania, Francia, España, Estados Unidos, Brasil, Arabia pues lamentablemente sí es más valorado en el extranjero que en México, porque en el país, han abaratado su costo las suajadoras, el corte láser y de plasma, pese a que la máquina no compite en calidad con los artesanos que lo elaboran a mano, pues estos últimos los superan en 600% en material y precisión al momento del corte.
Un producto terminado lleva desde dos horas hasta tres días, cortan hasta 50 piezas, pueden ser hasta 90 pliegos en un mismo corte, pero mientras más grueso sea, se pierde la calidad, por eso prefieren el detallado al mayoreo. Para ello usan herramientas como cinceles, martillo y el tablón de madera, engrapan fajos de 100 hojas y le dan movilidad al papel. Las piezas que ofrecen van de las miniaturas de un octavo hasta de 15 por 15 centímetros, las monumentales por encima de los siete metros.