Como cada 12 de diciembre, los mexicanos conmemoramos hoy la aparición de la Virgen de Guadalupe que en el año 1531 se presentara frente al indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el Cerro del Tepeyac.
De acuerdo a la fe católica, este hecho dejó como legado la imagen de la Virgen de Guadalupe estampada en la tilma de Juan Diego, misma que hoy se encuentra en la Basílica de Santa María de Guadalupe, ubicada en la Delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, a donde año con año acuden millones de peregrinos provenientes de toda la República.
A través de años de estudios, los expertos han coincidido en que la imagen original es inexplicable como creación humana.
Según los especialistas, la imagen de la Virgen plasmada sobre el lienzo, representa mucho más que un simple símbolo, cada elemento de esta, posee un significado que evidencia su carácter sobrenatural.
En 1666 un equipo de expertos de arte provenientes de España, aseguraron que sobre una superficie tan tosca como la tela de la tilma de Juan Diego, no pudo haber sido pintada una imagen tan detallada y perfecta.
Por medio de la digitalización, se pudo observar en las pupilas de la Virgen, reflejadas las imágenes de 12 personas, mismas que, según la historia, estaban presentes en el momento en que el indio Juan Diego desplegó su tilma. (Los especialistas consideran radicalmente imposible que en un diámetro tan pequeño, aun el miniaturista más experto lograra pintar todas esas imágenes).
Varios oftalmólogos han examinado los ojos de la Virgen de Guadalupe y han coincidido en que los ojos de la imagen tienen las características de un ojo humano vivo, al contraerse y dilatarse de acuerdo a la luz que reciben.
En la imagen se encuentran 46 estrellas que adornan el manto de la Virgen, de acuerdo a estudios astronómicos, la posición de estas corresponde a la configuración exacta del cielo sobre la ciudad de México del 12 de diciembre de 1531, día en que esta imagen fue revelada.
En la década de 1970. Expertos en fotografía infrarroja, al no encontrar trazos de pincel, determinaron que la imagen fue plasmada toda al mismo tiempo.
Se ha determinado también que, la coloración de la imagen no tiene elementos animales o minerales (los colorantes sintéticos no existían en esa época).
Además, en torno a esta imagen se han suscitado dos incidentes que lo hacen parecer prácticamente indestructible.
En 1791 accidentalmente se derramó ácido muriático sobre la tela, un mes después, sin recibir ningún tratamiento especial, el tejido se restauró por sí mismo, quedando únicamente una mancha opaca sobre la zona.
En 1921, durante la persecución religiosa en México, un hombre colocó una bomba a los pies de la tilma. Esta destrozó el altar, los candelabros y el crucifijo de la iglesia que albergaba la imagen, pero el lienzo, protegido únicamente por un cristal común y corriente, no sufrió ningún daño.
Por último, la tela donde quedó estampada la imagen de la Virgen de Guadalupe tiene 485 años y a la fecha se conserva intacta a pesar de haber estado expuesta por 116 años sin ningún tipo de protección.