En 1945 el maestro Alfonso Esparza Oteo, reconocido compositor, junto con un grupo de músicos y de gente del medio artístico, fundaron una agrupación de autores y compositores, con el propósito de tramitar ante las autoridades correspondientes el reconocimiento de los derechos de autor en México.
La finalidad, dijo en su momento, “fue fortalecer el vínculo con los usuarios de la música para crear una nueva cultura en el reconocimiento al derecho de autor, buscando en forma conjunta, con la sociedad y el gobierno de México, la debida protección de las obras intelectuales, como parte importante del acervo cultural de la nación y como elemento esencial de identidad cultural, reivindicando así el trabajo de los compositores como una profesión digna y honesta que pueda ser ejercida por cualquier mexicano, con la justa retribución que le permita vivir decorosamente del fruto de su inspiración".
Fue así que el 7 de enero de ese año se constituyó el Sindicato Mexicano de Autores, Compositores y Editores de Música (SMACEM), sin embargo, fue hasta el 15 de enero cuando se dio el registro oficial de la organización.
Es por eso que a partir 1965, se utilizó esta fecha para celebrar de manera informal el Día del Compositor, pero fue hasta el 15 de enero de 1983 cuando por primera vez en México, tuvo lugar la celebración oficial.
Es así que la inspiración, creatividad, y trabajo de jóvenes talentos y grandes compositores mexicanos como José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Agustín Lara, Consuelito Velázquez, Tomás Méndez, Luis Alcaraz, José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”, Rafael Pérez Botija, Roberto Cantoral, Juan Gabriel, Joan Sebastian, Armando Manzanero, solo por mencionar algunos, es reconocido este día.
