Toluca/Estado de México
La pintora mexicana Yardena Goldberg Ratusnik, expone 25 óleos realizados con la técnica del Renacimiento por medio de colores térreos, que, a través de la narrativa pictórica, reflejan el sarcasmo y el sentido del humor mexicano donde los refranes y dichos populares protagonizan la obra, en el Museo Torres Bicentenario.
“La muestra refleja la ironía del mexicano, la risa y el desparpajo, el doble sentido de nuestro lenguaje, el vacilón, el sarcasmo comedido con el que se vive y que, por medio de los refranes, dichos y frases coloquiales representados en una caracterización pictórica de lo mexicano, del idioma universal, es expresado a través de mi arte, que hoy se plasma en estos lienzos”, explicó Yardena Goldberg, quien expresó sentirse honrada de exponer en tierra mexiquense, “la tierra de grandes maestros del arte como Leopoldo Flores, Luis Nishizawa y José María Velasco, entre otros grandes mexiquenses” .
Para Yardena Goldberg, esta exhibición representa una forma de recuperar el lenguaje y las tradiciones de México.
“Un país donde explotan los colores mágicos, olores, motivos, tradiciones y música, que al observarlo y sentirlo culmina con una perene sinfonía de momentos para pintar, México es sin duda una obra de arte en sí mismo”.
Los personajes tipo caricaturescos que conforman la obra, son parte de un cúmulo de recuerdos que la autora conserva de su niñez, cuando, según dijo, “era importante tener valores y eso es lo que rescato de México”, “es precisamente ahí en mi niñez, a los 8 años cuando supe que lo que quería hacer en toda mi vida era ser pintora”.
Yardena explicó que en sus pinturas se puede notar su convivencia y dialogo con su niña interior, la cual dijo, la acompaña junto con los personajes con quienes constantemente entabla un dialogo que describió “ameno, muy divertido y elocuente”.
“Es como la vida misma que puede ser una caricatura porque nada es perfecto, un trazo que define perfectamente la expresión, el sentimiento interno de cada personaje que no quieren ser dibujados justo en perfección por miedo a ser imperfectos, como la gente”.
“‘Del dicho al hecho… un trazo he hecho’ nos da el tiempo y la pauta de iniciar un viaje hacia nuestra fragilidad, dándonos el permiso de desnudar nuestros sentimientos sin miedo a sentirlos, es una invitación a amar nuestro legado mexicano y sentirnos orgullosos de él, es por eso que me siento más mexicana que el chile güero”, finalizó.
Entre las piezas expuestas se encuentran: Dios? Aprieta, pero no ahorca; A Chuchita la bolsearon; Hablando se entiende la gente; Voy derecho…No me quito…si me pegas…me desquito; No le eches mucha crema a tus tacos; Matrimonio y mortaja del cielo baja; No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante; A Dios rezando y con el mazo dando; Al buen entendedor pocas palabras y Si quieres conocer a Inés, vive con ella un mes, por nombrar algunas.
