Curiosamente… Quienes ostentan el poder, te van dando los tips que les ha permitido llegar y mantenerse. Empresarios, líderes, políticos... Aquí algunos recabados.
1.- Cuida tu apariencia.- “Como te ven te tratan”, dicen por ahí. Si antes de demostrar tus capacidades tienes mal aspecto (desaliñado, roto o sucio), es poco probable que logres el respeto de quienes te rodean.
2.- Haz alianza y amigos; aprende a utilizar a tus enemigos.- Sé generoso, pero no presumido, porque lo único que lograrás es la envidia de los que te rodean y con ella su odio interno y aparente amistad. Relaciónate y correlaciona a tus amigos, haz alianzas, no te aísles, dos pueden más que uno solo. A tus enemigos, si no los puedes destruir por completo, mantenlos cerca, así sabrás lo que piensan; si puedes contrátalos, así lograrás que sólo tengan el poder que tú les quieras dar y podrás aprovechar sus ambiciones.
3.- Siempre di menos de lo necesario.- La gente poderosa intimida por lo poco que dice. Recuerda que entre más cosas digas, más probabilidades habrá de que se te salga alguna tontería. “Uno es amo de lo que calla y esclavo de lo que dice”.
4.- Mucho depende de tu reputación.- "La reputación es la piedra angular del poder", también dicen. A través de ella puedes intimidar y ganar. La reputación o prestigio es la buena imagen sostenida en el tiempo, no la cambies, ni por dinero, ni por un momento de rabia. No hay tiendas en las que vendan “buena reputación”, ni palabras hirientes que se olviden fácilmente.
5.- Evita a los infelices y amargados.- Rodéate de gente feliz y afortunada. La gente que no está bien anímicamente puede contagiarte con su desgracia. “De la miel, algo se pega”.
6.- Sé constante y ordenado.- La disciplina y la constancia van de la mano, los japoneses no son más ingeniosos que los latinos, su éxito consiste en ser constantes, disciplinados y ordenados. Reflexiona: los cambios de última hora, siempre conllevan un costo, no encontrar una cosa en su lugar, pérdida de tiempo y por lo tanto de dinero.
7.- Cree en ti.- Hasta el día de tu muerte, lo único que verdaderamente tienes es a ti, así que debes de creer en la única persona con la que contarás hasta el día del fin. No importan las voces ajenas, ellas no se duermen, ni se levantan contigo; ellas no triunfarán por ti y tampoco fracasarán. “Tú te llevarás la victoria o la ruina, así que levántate y lucha, ¡Que no seas tú quien se derrote en la batalla!”.
