México
Primero fue acusado de no tener espíritu de ganador en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y expulsado de la selección mexicana, por lo que regreso a la escena para convertirse en la figura de México en los Ángeles 1984.
Conocido como el "Matemático" Raúl González recordó ese gran momento en la que logró la medalla de oro de los 50km de caminata, a 37 años de la gran hazaña deportiva. Sin duda alguna, la imagen de González entonando el himno nacional de México, con el sudor que escurría de su rostro se mezclaba con las lágrimas de un llanto de alegría.
En ese momento miles de mexicanos se dieron cita para apoyar al mexicano que al terminar la competencia lució el sombrero charro y ese bigote desproporcionado. Quién podía dudar que el ganador era un andarín azteca.
Conseguía la medalla de oro en 50 kilómetros de los XXIII Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Su segundo metal de la Justa olímpica, se llevaba las manos al rostro...No podía créelo. El Coliseo Olímpico era la locura.
Raúl reveló que había mirado fotografías del Memorial de Los Ángeles pero reconoció que fue algo especial y curioso cuando lo conoció por primera vez; "estando en el estadio para mi fue algo muy bonito, porque de verlo en fotos mi sueño se hizo realidad". Sin embargo, destacó que ganar la presea de plata le provocó cierta tristeza debido a que quería ganar el oro también.
“La prueba de los 20 kilómetros era una prueba que dominaba Ernesto Canto aunque yo estaba casi a la par con él. Estaba obsesionado con ganar las dos pruebas y por unos metros me tuve que conformar con la plata", indicó.
Recordó lo que sucedió aquel 11 de agosto, donde había pasado por diversos problemas, pero lo más doloroso fue perder a su padre semanas antes de la prueba.
“Para mi los minutos más tensos de todo ese día fueron los cinco minutos previos a la salida. Tenía demasiados ángeles a mi alrededor porque había muerto mi padre un mes y medio antes y fue una situación muy difícil, así como otras cosas que me habían pasado en los últimos años. En ese momento había un estadio lleno que estaba conmigo y que me aplaudía y alentaba para llegar a la meta. Me sentía seguro de dos cosas: ganar el oro y establecer record olímpico", dijo.
“Lo curioso fue que después de 50 mil pasos y más de 140 mil kilómetros recorridos por fin estaba llegando a la meta deseada por muchos años. Al llegar a la meta levante los brazos para decir gracias a Dios y también para decirle a mi papá que le había cumplido lo que le prometí", agregó.
Cabe señalar que, Raúl González pasará como el principal autor de uno de los momentos dorados del deporte mexicano. Él y Ernesto Canto gobernaron con puño de hierro la marcha de 20 y 50 kilómetros durante media década.
