Toluca/Estado de México
Cuando las fiestas patrias concluyen, muchas personas optan por guardar las banderas de México que compraron para adornar sus hogares, vehículos o lugares de trabajo.
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Sin embargo, puede surgir la duda para aquellos cuyo lábaro patrio se ha deteriorado con el tiempo o los festejos: ¿qué hacer con una bandera en mal estado?
La Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales establece un protocolo específico para las banderas oficiales, aquellas que son entregadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a instituciones gubernamentales y educativas.
En estos casos, el artículo 54 bis de dicha ley señala que la destrucción de la bandera debe hacerse mediante una ceremonia solemne de incineración; este proceso consiste en ondearla tres veces antes de desmontarla del asta, tras lo cual se procede a quemarla.
En contextos institucionales, el protocolo también incluye una escolta, que recibe la bandera para luego entregarla a la persona encargada de la incineración. Se mantiene un registro o historial de la bandera, detallando su trayectoria, y al concluir el proceso, se entrega una nueva bandera a los encargados, quienes toman protesta con un juramento solemne.
Si bien no existe una normatividad que aplique a las banderas no oficiales, que son las que cualquier ciudadano puede adquirir, quienes busquen deshacerse de una pueden considerar llevar a cabo una pequeña ceremonia similar.
De esta manera, se honra el símbolo patrio sin menoscabar su valor. Así, después de los festejos patrios, aquellos que decidan retirar su bandera podrían optar por este acto simbólico, evitando que la bandera termine en un basurero común, y preservando el respeto hacia uno de los principales emblemas de la nación.