Curiosamente… Dalila era una bellísima mujer filistea cuyo nombre significa rizos ondeados. La hermosura que poseía ya advertía un peligro inminente y más aún para su entonces amante Sansón, a quien traicionó por una jugosa suma de dinero al descubrir el secreto de su gran fuerza ¡era la cabellera!
Con la disposición de convertirse en una mujer rica, cierta noche mientras dormía en compañía del coloso, se dispuso sigilosamente a cortar el asombroso cabello del juez de Israel, quien instantáneamente perdió todo su poder y fue entonces que se le aprisionó.
Pero ni Dalila ni los filisteos habían pensado que el cabello crece y en el momento que esto sucedió, el gigante recuperó su admirable fuerza. Como se encontraba encerrado en el templo de Dagón, empujó las columnas hasta que derrumbó el lugar matando a sus enemigos; sin embargo, el león de Israel también falleció.
Dalila es mencionada en el Libro de los Jueces. Manifiesta que gracias a los encantos que poseía logró enamorar al temible israelita; él, preso del amor, le confiesa ¡si me cortaran la cabellera, sería tan débil como los demás hombres! Esta confesión no fue tan fácil porque Sansón había mentido en dos ocasiones a la ambiciosa mujer.
Entonces, furiosa, ella sale de la habitación no sin antes amenazar al enamorado hombre que, de no decirle la verdad, jamás volvería a sentir sus caricias. Fue así como Sansón cayó y le contó la verdad, por temor a no tenerla más.
Una vez en manos de sus enemigos los filisteos, le sacaron los ojos y lo uncieron al molino de la cárcel. Mientras tanto, Dalila, que ya había podido cobrar su recompensa, se olvidó de aquel enamorado y traicionado hombre para siempre.
¿No crees que esta historia como otras tantas bíblicas hacen ver que la mujer está configurada de una maldad fina y muy perversa, mucho más que la de los hombres? ¿Habrá sido tan despiadada Dalila?
