Curiosamente… La desaparición de la vida urbana y los contactos con otros pueblos supuso el empobrecimiento cultural y la falta de originalidad. Las nuevas representaciones artísticas copiaban modelos romanos y bizantinos.
Otro problema para el arte es que, en esta época, la calidad técnica se había deteriorado enormemente.
Un dato interesante radica en que sólo el cristianismo, a pesar de la diversidad de herejías contenidas en sus creencias y que aparecieron en estos años, sirvieron de cohesión cultural y espiritual, convirtiéndose en la semilla del futuro arte románico.
A las distintas manifestaciones artísticas de los pueblos bárbaros que se producen en Occidente cristiano, desde la desaparición del imperio hasta el comienzo del romántico en el siglo XI, se le conoce como arte prerrománico. Este nuevo arte, en una primera etapa, se caracteriza por apreciarse sus raíces germánicas y por el abandono de las tradiciones, tanto clásicas como bárbaras, mediante la acentuación de su carácter cristiano.
La segunda etapa se encuentra influenciada por tres hechos fundamentales en la historia de Europa: La presencia de la figura unificadora de Carlomagno; la asimilación del bizantinismo y la dominación islámica en España.
Entre los estilos que cultivaron los pueblos bárbaros, los más diferenciados fueron el merovingio, el ostrogodo y el visigodo. La arquitectura se plantea como un problema fundamental la escasez de medios, tanto técnicos como económicos y la adaptación de sus sistemas constructivos a las necesidades de la literatura cristiana; las construcciones son en general, sencillas, utilizan mampostería y madera.
La escultura es este periodo es muy escasa y tiene sobre todo carácter ornamental, cultiva el relieve con intenso claroscuro; aparece sobretodo en los sarcófagos y en los capiteles. La pintura que conocemos se reduce a las miniaturas, en las que el carácter caligráfico y el expresionismo son los rasgos más destacados.
En la industria cerámica se acusó mucho a la influencia africana. Los talleres broncistas fabricaron objetos litúrgicos como la patrona del siglo VI y el jarro bautismal del siglo VII. La orfebrería visigoda tenía gran tradición y alcanzó su máxima calidad en los talleres reales de Toledo.
El estancamiento en el arte es muy evidente durante esta etapa de la humanidad; sin embargo, ¿Te parece que fuese necesaria su existencia para poder resurgir con la fuerza que se dio durante el renacimiento?
