Toluca/Estado de México
Desde hace casi una década, Noel Alí Chama Almazán incursionó en el atletismo con el sueño de un día representar a México en una justa olímpica, "es un objetivo que tracé desde niño al practicar esta disciplina", y hoy, a sus 23 años, se encuentra a 22 días de cristalizarlo, pues será el 5 de agosto cuando la marcha varonil, en los 20 kilómetros, entre en acción en Tokio 2020.
Sin embargo, esta experiencia en la próxima justa de verano no le será del todo ajena, ya que el andarín mexiquense disputó los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014, donde subió al podio al obtener la medalla de bronce en la prueba de 10 kilómetros, competencia internacional que, destacó, le dio bases y aprendizaje para enfrentar este nuevo reto.
"Voy con una idea de cómo es la relevancia de estos eventos, cómo se viven, de lo que es competir con atletas fuertes de otros países, reunidos en un mismo lugar, esos son los aprendizajes de los Olímpicos de la Juventud, aunque son a una menor escala, sin demeritarlos, a lo que se vive en unos Olímpicos mayores, pero traigo esa experiencia, el ya haber estado en una competencia que se denomine Juegos Olímpicos, así sean juveniles, sé de su magnitud, importancia y alcance, eso me ayuda a estar un poco más tranquilo en Tokio", comentó el marchista.
"He tenido un crecimiento considerable, estos siete años fueron de mucho aprendizaje, pues estar en unos Juegos Olímpicos era un sueño y al disputar los de la juventud, sabía que eso era solo la mitad del camino, y ahora conseguir el pase y el saber que ya voy a cumplir mi objetivo que me puse años atrás, me pone muy contento, que los años de trabajo ya se pueden ver reflejados en una forma positiva, de seguir avanzando, hacer las cosas bien y demostrarlas", puntualizó.
Desde marzo pasado, Chama Almazán vio reflejado todo el esfuerzo que ha potenciado de la mano de su entrenador José Juan Sánchez, pues en la carrera 'Dudinska 50' en Eslovaquia, dio la marca requerida por la World Athletics para asistir al evento nipón tras completar el recorrido en 1:20:23, un logro que le dio "calma y seguridad" al pasar el filtro más importante, pues a partir de ese momento, su enfoque, preparación y concentración se centró en la justa veraniega que arranca actividades el 21 de julio.
"Cuando di la marca mi seguridad aumentó muchísimo, me sentía un poco más tranquilo, la presión disminuyó al haber pasado ese pequeño filtro, estaba tranquilo porque sabía que para mis compañeros iba a ser más complicado porque dar la mínima no les valía, sino que tenían que pensar en bajar la marca que ya habíamos registrado los demás", explicó.
El joven andarín destacó que, para estar presente en esta edición de Juegos Olímpicos, su mentalidad y actitud influyó y le jugó a favor para salir adelante de tan atípica preparación, ya que el experimentar constantes sentimientos de presión y expectativa antes de dar la marca, lo hicieron un atleta más certero, pero sin caer en un estado de exceso de confianza.
"Soy una persona que bajo presión funciono mejor, me siento bien en este tipo de circunstancias, donde se juega a una sola oportunidad, suelo responder bien, he aprendido que esa es mi línea, pero sin llevar las cosas al extremo, pero bajo presión no dudo, me pongo más certero."
"Seguí entrenando como si no la tuviera (la marca), realmente me hice a la idea de que no había tenido nada, no tenía lugar y debía seguirme preparando a tope porque nada estaba escrito, nada seguro y así fue como lo tomé, no me sentía con un boleto en Juegos sino al contrario, como si aún no me hubieran dado ese lugar, como si yo siguiera en la pelea con todos mis demás compañeros", concluyó el atleta del Estado de México.