Toluca/Estado de México
La lucha libre femenil en nuestro país tiene grandes representantes, pero sería un 12 de julio de 1935 cuando por primera vez un grupo de luchadoras debutaron en la Arena México como las primeras gladiadoras mexicanas.
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Sin embargo, al principio no les fue tan bien en las funciones, pues la opinión de la afición se guiaba por estigmas que las mismas luchadoras mexicanas estaban rompiendo.
La historia comenzó con el nombre de Natalia Vázquez, quien fue la primera luchadora mexicana que hizo su debut en 1935, junto a un grupo de guerreras americanas, lo que significó la primera función femenil de lucha libre en nuestro país.
Posteriormente, “La Dama Enmascarada”, conocida fuera del cuadrilátero como Magdalena Caballero, fue la primera en usar máscara y primera campeona nacional (1955).
Otra pionera de la lucha libre femenil, quizá para muchos la más conocida, es Irma González, quien fue una gran campeona que tuvo infinidad de victorias a lo largo de su carrera.
En diciembre de 1986, las mujeres regresaban a luchar al Estado de México, anteriormente ya lo habían hecho en los 70' en el Toreo de Cuatro Caminos, pero ahora lograban llegar a más público, teniendo la oportunidad de ocupar luchas estelares.
El propio Toreo de Cuatro Caminos, Arena Neza, López Mateos, la Naucalpan, la Arena Toluca y muchas otras, vieron luchar a grandes mujeres como lo fueron Lola, Rosy Moreno, Vicky Carranza, La Briosa, La Venus, Reina Gallegos, Martha Villalobos, la Monster y tantas más. Las gladiadoras llevaron, en muchos casos, la batuta en funciones importantes.
El 14 de abril del 2006, Amapola tuvo el triste récord de ser la primera luchadora en perder su máscara en la Arena México, ante Dark Ángel.
Actualmente, la lucha libre femenil mexicana ocupa ya los primeros planos a nivel nacional e internacional, pero aún se topa con temas delicados como el acoso y el machismo.
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