Ciudad de México
Prisca Awiti, es una atleta de padre Keniano y madre mexicana, que 'no figuraba para tener éxito en Francia', que solo sus familiares y amigos la fueron a despedir al aeropuerto internacional de la CDMX y tiempo después fue recibida como la gran figura mexicana por lograr colocar a la disciplina del Judo mexicano en lo más alto a nivel mundial.
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Prisca, de 28 años, comenzó su carrera deportiva en la gimnasia antes de descubrir su verdadera pasión: el judo. A los 10 años, tras mudarse a Guanajuato con su madre, fue su hermano quien la motivó a cambiar de disciplina. “¿Por qué gimnasia? Mejor judo, anda, ayúdame a entrenar,” le dijo. Así, Prisca empezó a entrenar en un deporte que consiste en derribar al oponente mediante técnicas precisas y controladas.
En 2017, Awiti tomó una decisión crucial: representar a México en competencias internacionales. El proceso no fue sencillo; tras contactar a Vanessa Zambotti, la figura más destacada del judo mexicano, y completar los trámites necesarios, Prisca finalmente pudo competir bajo los colores mexicanos.
Aunque los trámites de nacionalidad tomaron alrededor de dos años, debido a su previa representación de Inglaterra, Prisca no se rindió. Su perseverancia la llevó a participar en Tokio 2020, donde hizo historia al convertirse en la primera judoca mexicana en disputar una final olímpica en su categoría.
El camino de Prisca no estuvo exento de desafíos. No solo tuvo que vencer a competidoras mejor posicionadas en el ranking mundial, sino también adaptarse a la vida en México y a su rica gastronomía, de la cual se enamoró profundamente. "Me encantan los tacos de chorizo, es lo que más extraño en las concentraciones," comentó.
Más allá de sus logros deportivos, Prisca Awiti es un ejemplo de determinación y amor por sus raíces. Su madre mexicana fue una fuente de inspiración y motivación para ella, y representar a México se convirtió en un sueño hecho realidad. Su éxito ha elevado el perfil del judo mexicano en el ámbito internacional, demostrando que con esfuerzo y pasión, cualquier obstáculo puede superarse.
Prisca Awiti continúa siendo una figura emblemática para México, y su historia inspira a jóvenes atletas de todo el mundo a seguir sus sueños, sin importar cuán difíciles puedan parecer.
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