Toluca/Estado de México
Las tejedoras de figuras de palma en la zona norte de Toluca están a unos días de concluir la producción de figuras representativas del Sábado de Gloria, cuando inicia la Semana Santa y que buscan vender en las iglesias de la capital mexiquense, Taxco, la Ciudad de México y otras entidades.
Leonarda Martínez González, es una de las precursoras de esta actividad en su familia. Originarios de San Cristóbal Huichochitlán, la zona norte de Toluca lamentó que las nuevas generaciones pierdan el interés de esta actividad que heredaron de al menos dos generaciones anteriores.
“Nosotras nos hemos dedicado a esto desde hace décadas y ahora son pocas las mujeres que siguen la tradición, más bien casi quedamos las abuelas”, explicó.
Las cruces y palmas son figuras que únicamente elaboran mujeres, desde niñas de apenas 10 o 12 años de edad y hasta las más ancianas del pueblo, lo hacen en viviendas pequeñas, la mayoría que se dedica al comercio de productos como sombreros de palma durante el mes de septiembre.
Para vender los motivos relacionados con las celebraciones católicas, comienzan a trabajar desde febrero. Al lugar donde se lleva a cabo esta actividad llegan mujeres de todas las edades, quienes van seleccionando las ramas que servirán para dar forma a un tejido.
Lo que tejen no sólo son cristos y cruces, también elaboran canastas, vírgenes, caballos, botas, pájaros y tapetes. Es toda una gama de opciones que pocas veces son apreciadas por los compradores, porque dicen que casi siempre les regatean el costo.
“De la canasta podemos hacer tortillero, panero, bolsas y lamentamos mucho que cada vez quedamos menos artesanos, en mi casa apenas quedamos seis personas que sabemos hacer esto. Pero si estas mujeres se mueren, ya no habrá quien continúe con la tradición”, afirmó.
Aunque su interés es que los jóvenes continúen con el tejido de palma, cada vez es más complicado, pues las cruces tienen diferentes tamaños, pueden incluso ser a la medida de las necesidades del cliente, van de los cuatro centímetros hasta las más grandes en las que pueden tardar entre una y dos horas de trabajo, porque los detalles del terminado son los más difíciles.
“En los medianos nos tardamos media hora y los pequeños dan más trabajo, porque la palma debemos hacerla en pequeñas tiritas a las que deberemos dar forma”, explicó
Para el tejido ocupan plástico con el que amarran la figura, además deben invertir 15 pesos por palma, en esta comunidad ocupan el rollo que cuesta 300 pesos y aunque consideran que es costosa, “debemos trabajar porque si no ¿con qué comemos? Algunas -como yo- no tenemos esposo y debemos buscarnos la vida”.
Los precios oscilan de los 10 pesos a los 60 pesos, dependiendo del tamaño y la calidad, además de lo que esté dispuesto a pagar el cliente, porque siempre quieren pagar menos, afirmó.
