Toluca/Estado de México
Cada año se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia, pero en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), amplían durante todo agosto la celebración con la finalidad de difundir entre el mayor número de personas la importancia que tiene esta actividad y recuperarla, pues actualmente solo el 18% de las mamás lactan a sus bebés, explicó la enfermera, Alma Laura Santana Robles, encargada de la clínica de lactancia del Hospital Materno - Infantil del ISSEMyM.
Explicó que el grave problema al que se enfrentan las mujeres es el desconocimiento, toda vez que con los años surgieron una serie de mitos en relación a las consecuencias de amamantar, como que los pechos perdían su forma o que no era alimento suficiente para los bebés; pero eso es falso, toda vez que la mejor forma de nutrir a un recién nacido y hasta el año de edad, es con leche materna.
Agregó que a nivel estatal hay 70 lactarios, es decir, todas las unidades médicas del territorio mexiquense cuentan con este espacio y recordó que entre los beneficios de la lactancia materna se encuentran que los bebés serán más sanos porque fortalece el sistema inmunológico, previene enfermedades como cáncer de mama, cervicouterino, la mamá baja de peso.
Para informar a los padres de familia sobre esta actividad el ISSEMyM realiza talleres informativos, a los que asisten grupos de madres y padres en el Hospital Materno - Infantil, localizado en Alfredo del Mazo, además de otras clínicas del instituto.
En estos cursos les explican que además de los beneficios que supone para madre e hijos darle leche materna a un recién nacido hasta los seis o 12 meses del bebé, con muñecos y otro equipo tecnológico capacitan a los padres para esta etapa.
Paola Elizabeth Barragán Bringas, trabajadora del servicio público y mamá primeriza platicó lo difícil que fue para ella enfrentar esa etapa; sin embargo, la importancia que tiene persistir, para nutrir a su bebé pero también por su bien personal.
Para Paola mantener esta práctica no fue sencillo, primero porque con el embarazo llegaron muchas dudas, desde el temor de no tener leche suficiente hasta que su pequeña realmente se nutriera y quedara satisfecha con las dosis que succiona de su cuerpo, después porque el dolor durante los primeros días, únicamente pudo sobrellevarlo gracias al apoyo de su mamá y su esposo.
Explicó que a todas las vicisitudes físicas que se enfrentan madre e hija para incursionar en esta forma de alimentación, se suman los factores externos, como las críticas en la calle, por ejemplo, los cuestionamientos de la gente en la calle, porque muchas personas no se acostumbran a ver comer a un bebé en un restaurante, el parque o un centro comercial.
Sin embargo, resaltó, no cambiaría esta práctica por la compra de leche en polvo porque sabe que gracias a este alimento su hija no se ha enfermado, ella tampoco y previene el cáncer, el útero regresó a su lugar más fácilmente.