Toluca
En el cerro del Perico o de Tehuantepec, como se conoce por su nombre mazahua, en San Pablo Autopan, zona habitada por indígenas otomíes, la Diócesis de Toluca pretende construir un “Santuario” de ocho hectáreas –en el que habitarán monjas y sacerdotes–, bajo el argumento de que sus habitantes serán indultados y que este espacio está “alineado” con la Catedral y el Vaticano.
Este intento de manipulación de la gente, dijeron representantes de la comunidad, pone en peligro una zona catalogada como protegida por la riqueza natural con que cuenta, que además pertenece a los bienes comunales, pero que la Iglesia Católica busca fraccionar el lote 79 –como fue denominado– para la construcción de un Santuario donde habrá habitaciones para religiosas, curas, un templo y estacionamiento.
Para su ejecución, incluso conformaron un Patronato entre los representantes de la Iglesia y el ayuntamiento de Toluca, durante la gestión de María Elena Barrera Tapia, al que le dio continuidad Martha Hilda González Calderón.
La asociación civil legalmente constituida “Comité Pro Defensa: Conservación y Preservación del Cerro del Perico y Tehuantepec”, explicaron que hace años vendieron 316 hectáreas en copropiedad a la ex Hacienda de la Laguna, posteriormente esos socios dejaron el lote 79 con aproximadamente 80 hectáreas para favorecer a la comunidad de San Pablo Autopan.
En adelante debieron enfrentarse con “bandidos” que hacen fraccionan y venden el espacio, pero ante los vicios de la gente que compra sin investigar previo a pagar, deben impugnar la ocupación y el desprendimiento de la mancomunidad. “Hay inocentes a quienes les ofrecen en venta terrenos dentro de la propiedad comunal y ‘les ven la cara’, pero siempre hemos ganado al demostrar que somos los dueños”.
El problema más grave inició durante los dos trienios pasados, con Martha Hilda González Calderón y Barrera Tapia, quienes involucraron a la Diócesis de Toluca para resolver el conflicto por la propiedad, con lo que comprometieron el recinto de descanso para los religiosos.
Tanto, que los representantes de la comunidad debieron entrevistarse con el obispo Francisco Javier Chavolla Ramos, a quien le expusieron los pormenores sobre esta tierra, le mostraron documentos e incluso demostraron que tienen la propiedad.
“Él, en otras reuniones, dijo que todo se arreglaría conforme a la ley. Creyeron que utilizando la fe resolverían el conflicto, pues pretenden quedarse con esta propiedad sin pagar por ella, además engañando a la gente”.
Los representantes contaron que el día del encuentro generaron una minuta sobre lo ahí platicado, pero no llegaron a acuerdos, ni hubo firmas de documentos.
“Nosotros aceptamos la mediación del Obispo, confiamos. Él, en su oportunidad, se comprometió a hablar con el gobernador Eruviel Ávila, pero a la fecha seguimos en espera de esa solución”. Por lo que piden apoyo del gobernador Alfredo del Mazo Maza.
Añadieron que hay una escritura que no pueden ignorar; no obstante, el Obispo acudió a una “reunión” a la que fue convocado por el pueblo y pidió levantar la mano a quienes estuvieran de acuerdo con la edificación.
“Vino a platicarles que María siempre Virgen estuvo aquí, que la punta del cerro siempre estuvo ubicado en dirección del Vaticano y que por eso serían bendecidos todos al aceptar el Santuario”, comentaron.
Por el momento no hay solución a la exigencia de que respeten la tierra, por lo que piden la intervención de organizaciones civiles que puedan defender el lote, pues advirtieron que no lo van a dejar perder.
