Toluca/Estado de México
Para la familia de Jesús Alcántara Francisco, llegó el tiempo de vender más de 600 piñatas que comenzaron a elaborar a mediados de año. La nochebuena y la Navidad, son las dos fechas cuando más les demandan estos productos sus clientes, pues en realidad ellos se dedican a la venta de frutas y legumbres, pues son propietarios de una recaudaría en La Retama.
Desde unos metros antes destaca en la vía que conecta hacia el centro de Toluca los coloridos picos que decora con mechudos de papel maché Jesús, el hermano mayor de esta familia. Sobre botes y junto a unas macetas, destacan las ollas con alma de papel y engrudo que deja secando al sol mientras termina la colocación de papel en otras piezas.
Para Jesús y su familia, la temporada decembrina es la mejor, no solo porque tienen más ventas en la recaudaría, sino por la demanda de piñatas, él dice que por ejemplo los niños siempre quieren una de payasito, esas sí sobre olla de barro, mientras que jóvenes y adultos buscan más las que tienen picos con tonos llamativos.
El negocio de las piñatas inició por “necesidad”, dijo el joven, pues observaron el interés de sus clientes por comprar este tipo de productos para las posadas y las fiestas decembrinas en general.
Sin embargo, se fue convirtiendo en una tradición que cada año emociona tanto a él, como su hermano y su mamá, todos trabajadores en el mismo puesto de verduras que desde hace 10 años rentan y se ha convertido en referente para una gran parte de la comunidad.
“Es para nosotros un ingreso extra, los precios oscilan de los 50 o 70 pesos hasta los 300 según el decorado, el tamaño y el número de picos. No todas tienen siete, como marca la tradición porque pues le hemos ido inventando, algunos llegan a nueve o 10, pero el cliente también puede pedir detalles especiales”, subrayó.
Para esta temporada, dijo, hacen hasta 500 diferentes modelos del tamaño más grande que tiene una capacidad de 15 kilos de fruta o dulces, hasta la más pequeña que es de apenas un kilogramo.