Toluca/Estado de México
Desde hace un mes, los 50 familias migrantes refugiados en el albergue localizado en la colonia Pilares, Metepec, reciben alimento echado a perder que les entrega como donativo el Banco de Alimentos del Estado de México, denunció Armando Vilchis Vargas, responsable del lugar desde hace casi 20 años.
Atribuyó a la xenofobia está condición, pues “la trabajadora social, Alejandra Salazar nos informó en una junta que sólo a nosotros de cerca de siete organizaciones civiles, no nos iba a permitir elegir el alimento porque los migrantes van mugrosos, mal vestidos y les quitan la comida a los mexicanos en desgracia”.
Calabazas, pan enmohecido, zanahorias, chayotes, chiles, frutas y legumbres fétidas, llenas de lama que “no sirven de nada” y pese al reclamo que hicieron directamente con el titular Alberto Canul Juárez, la respuesta fue “entonces ya no les vamos a dar nada”.
En el taller mecánico, sobre la calle Juan Aldama, un grupo de hombres y mujeres hondureños, mexicanos incluso, que huyen de la violencia en Guanajuato y hasta mexiquenses desplazados de la zona del Nevado de Toluca, expresaron que durante las últimas semanas, de ese alimento, no ha sido útil más de la mitad.
Vilchis Vargas, informó que durante la reunión que sostuvo con el gerente del Banco de Alimentos, incluso le recordó sobre el donativo de sopa de pasta que les envió la fábrica La Moderna, pero que nunca llegó a sus manos.
“Eduardo Monroy, a quien yo conozco me informó sobre el envío de 50 kilos de espagueti, pero no llegaron, ellos fueron los intermediarios sin embargo a cambio de esas bolsas de sopa, me dieron a granel que era sin marca, en mal estado y llegó apenas lo que quisieron”.
Por su parte, Ruth Moreno López quien es la encargada de las reuniones con el Banco de Alimentos refirió que la comida que reciben siempre es a cambio de trabajo, “nada es gratuito”, puesto que los migrantes desempeñan labores de albañilería, electricidad, limpieza de sanitarios y aseos en general.