San Mateo Atenco/Estado de México
En San Mateo Atenco, los productores de calzado escolar apenas lograron vender algunos pares de zapatos, pese a que de los 800 talleres familiares, menos de la mitad se arriesgó a producir el 10% de la cantidad que hacían previo al reinicio del ciclo escolar.
Los zapateros redujeron la producción de calzado escolar hasta en 90%, pues para el regreso al ciclo escolar 2021-2022, fue casi nula la demanda por parte de los padres de familia, dijo César González, dueño de un taller con 35 años de antigüedad, especializado en elaborar este tipo de producto.
"Pocos fabricantes se arriesgaron, pero si hay pares nuevos, recién hechos, no solo lo que tenemos en bodega que dejamos de vender desde el 2020".
Recordó que en San Mateo Atenco este sector es primordial, y pese a que los insumos para la fabricación elevaron su costo significativamente el año pasado, no impactó en el precio del producto, que se mantiene entre los 250 y 300 pesos.
"No es mucho, si comparamos con las zapaterías en dónde hay pares de hasta 600 o mil pesos, no es nada lo que estamos vendiendo", dijo.
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"Nos estamos viendo muy mal en ventas, apenas si llegamos a ofrecer el 10% de lo que habitualmente teníamos para el retorno a las clases, la gente no quiere gastar y pocos volvieron a las aulas, supongo que por eso no lo necesitan", lamentó.
En entrevista dentro de su taller en el centro de esta demarcación del Valle de Toluca, dijo que el zapato que ellos fabrican es de primer nivel, y a diferencia del chino, que se vende muy barato en las plazas comerciales, ellos se han capacitado para entregar productos de calidad, en cuero, piel y suela firme de poliuretano y forro de primera calidad, que son duraderos, además de diseños atractivos.
Sin embargo, reconoció que poca gente los ha buscado, cuando en épocas previas a la pandemia, se llenaban las plazas y los comercios, de gente eligiendo su calzado.
"Es una tradición que nuestros abuelos nos heredaron. Para el regreso a clases hemos hecho algunos productos con la expectativa de vender algo en los próximos días, pero lo vemos muy difícil", dijo.
Mientras muestra algunos de los diseños que produjeron, y que ocupan los anaqueles casi vacíos dentro del taller, platicó que a lo largo de 15 meses en que ha estado detenido el mercado de calzado en esta localidad, luchan por subsistir.
"Durante la pandemia todos los giros comerciales estamos mal, los zapateros más, porque si las grandes empresas fueron afectadas, el gremio zapatero peor. Por lo que pidió a la población que los tomen en cuenta para adquirir sus zapatos con ellos, pues compiten hasta con los chinos", lamentó.
Junto con él trabajan sus hijos, todos aprendieron el oficio, y reconocen que es "urgente" para los talleres vender algo de lo fabricado, pues "mantenemos la esperanza de seguir vigentes, existiendo", ya que por ejemplo, la falta de ventas los llevó a despedir personal y pasaron de 40 trabajadores a solo 10 y todos familiares o incluso, eventuales.
El artesano reconoció que debido a que los niños no salen de casa, no necesitan renovar el calzado, incluso los que no usan para la escuela, y del 100% que producían, solo abren los talleres para realizar el 10% del total que regularmente hacían.
