Tenancingo / Estado de México
El municipio de Tenancingo retomó la Feria del Jarro que llena de vida y color al municipio, al seguir la tradición en la que las personas regalan un jarro a los amigos, parejas o familiares con una dedicatoria grabada sobre el barro.
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Desde jarros de barro, cazuelas, tazas, platos, vajillas, jarrones y decoraciones para el hogar, se encuentran a lo largo de la calle Pablo González Casanova y en la plaza principal en Tenancingo, donde se instalan los alfareros provenientes de toda la entidad y de otras como Michoacán, Morelos, Puebla y Querétaro.
A pesar de que Tenancingo no tiene vocación alfarera; los oriundos indicaron que hace cuatro décadas comenzó la tradición con los peregrinos que en su camino a Chalma, dormían y vendían sus artesanías de barro para solventar sus gastos.
La costumbre es que tanto los niños como los jóvenes y adultos deben pedir un jarro al amigo o visitante, quien no debe negarse a otorgar dicho obsequio, convirtiéndose esto en un intercambio de jarros, en muestra de afecto, amistad e incluso de conquista, ya que si un hombre o una mujer tienen interés romántico en alguien se lo demuestran regalándole un jarrito.
La feria tiene una duración de 11 días, empieza cinco días antes del Miércoles de Ceniza y se prolonga cinco días después de esta fecha; este año, podrás visitarla hasta el 13 de marzo.
Los artesanos esperan recuperar sus ventas luego de dos años de pandemia en los que se canceló está actividad y se quedaron sin ingresos.
Explicaron que ante el panorama económico mantuvieron sus precios sin incremento, por lo que los artículos que ofrecen tienen costos accesibles, van desde los 50 hasta los 300 pesos por pieza y vajillas que van desde los 600 hasta los 2 mil 500 pesos, todos de buena calidad.
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