Valle de Bravo/Estado de México
El piso acordonado con cintas de peligro de color rojo son un panorama que no esperaban ver los prestadorres de servicios en Valle de Bravo, la presa se seca sin remedio y para los habitantes del lugar hay pocas alternativas, no sólo es cruda la sequía, también la extracción del agua que debía escurrir a esta presa, que forma parte del Sistema Cutzamala, pero que parece almacenarse en predios privados que siguen operando.
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Para los prestadores de servicios, desde hoteleros, los que venden artesanías y los que cuidan un estacionamiento, las condiciones se agravan, pero no de forma paulatina, cada semana reduce hasta en tres puntos o más el nivel del agua, dejando al descubierto el suelo árido, que así, resquebrajado demuestra las condiciones actuales de la zona.
“Más del 80% de las personas en Valle de Bravo dependen del turismo de forma directa e indirecta”, consideró Alma, una de las empleadas de una tienda de abarrotes, que explicó haber disminuido en 20% la compra de frituras y refrescos, pues desde hace varios fines de semana que dejaron de llegar el mismo número de visitantes que tenían por lo menos el año pasado.
Explicó que si bien la laguna o presa en el 2023 comenzó a reducir el nivel, actualmente las condiciones son drásticas, de acuerdo con la medición de quienes rentan embarcaciones, no parece haber remedio y están pensando cómo van a resolver un problema que no acaba, por el contrario, recrudece.
“Lo más grave es que dependemos de este tipo de servicios cientos de personas, no sólo de Valle de Bravo, vienen de otros municipios cercanos y es que hay poco trabajo en otras regiones. Pero el panorama de la presa desalienta las visitas, es como si se pasaran la voz y desde los AIRB&NB hasta los hoteles y los que rentan cabañas, pierden clientes porque además la laguna despide un olor fétido, de agua podrida”. dijo Alma Delia, vendedora de artesanías.
“Estamos en peligro, hemos alzado la voz, exigido, gritado y demostrado que hay lagunas llevándose el agua que debería escurrir naturalmente hasta este punto, pero no hay resonancia, no hay respuesta y esto es urgente”, reprochó Abigail González, oriunda del Pueblo Mágico y trabajadora en Los Pericos, el barco más famoso y antigüo del lugar.
Los trabajadores y vecinos entrevistados dijeron que el saqueo del agua, el huachicol para la formación de hasta 200 lagos artificiales en la zona residencial y la sequía, son una fórmula que pone en jaque al Pueblo Mágico que depende en su totalidad del turismo, incluso a gente de otras poblaciones que acude para trabajar.
Explicaron que de secarse la presa, incluso deberán cancelar la práctica de deportes como el parapente, pues al desaparecer la Laguna, cambia el ecosistema, el viento no correrá como lo necesitan para planear sobre la montaña y el lago.
Situación que ha ocurrido paulatinamente, porque el triatlón que cada año se llevaba a cabo, desde hace dos años no se puede realizar debido al nivel del agua y las condiciones de la misma. Mientras que temen que en los próximos días les prohíban navegar, porque en lo que va del año, el agua ha reducido hasta 10 centímetros o más por semana. De acuerdo con su medición, una regla incrustada en el cuerpo de agua, pasaron a números bajo cero, un nivel en el que “jamás” se habían colocado.
Ante dicho panorama, se preparan para recibir a los visitantes durante la Semana Santa, que estiman sean 30% menos en comparación con otros años, aunque la realidad es que esperan que suceda “un milagro” y sea así como recuperen algunos niveles que no dejen al descubierto las condiciones de mal manejo del recurso.
“Es difícil esta situación, no sabemos cómo vamos a salir adelante, cada semana hay que ampliar la rampa para que los turistas logren subir sanos y salvos a las embarcaciones, esto también nos cuesta, pero impacta más que se vea la tierra y el lodo inestable, que haya cintas anunciando un riesgo, porque muchos prefieren no utilizar la presa como parte de su visita”, lamentó Abigail.
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