Toluca
Actualmente, la cantidad disponible de agua natural es de 350 metros cúbicos al año por cada mexiquense, lo que implica un bajo nivel de acuerdo con el promedio nacional (3 mil 692 m3 por habitante al año) y a los parámetros internacionales.
De ahí la necesidad de generar en la entidad una política hídrica, que permita proteger y restablecer los ecosistemas vinculados con el agua.
El Plan de Desarrollo del Estado de México refiere que la urbanización acelerada de las zonas metropolitanas de los Valles de México y Toluca imposibilita la recarga de sus acuíferos.
Ello se suma a que en las zonas altas, el incremento de explotaciones mineras y agropecuarias irregulares ocasionan contaminación de las fuentes de agua, erosión y azolvamiento de cauces.
Además de los usos inadecuados del suelo, los cuales han sido fruto de un control laxo de la normatividad, propiciando construcciones en lugares inadecuados y explotaciones agropecuarias agresivas al medio ambiente.
Conforme al plan estatal se han detectado usos industriales y de servicios con ineficiencia en el consumo de agua, y al mismo tiempo, su contaminación.
Indica que la sobreexplotación de los acuíferos es consecuencia del aprovechamiento inadecuado de las aguas superficiales, ya que se cuenta con lluvia suficiente y escurrimientos importantes de las partes altas que delimitan las cuencas del estado.
Aunado a lo anterior, se suma el crecimiento poblacional que para 2023 será de 18 millones 750 mil 374 de habitantes y el incremento en la demanda de servicios de agua potable y tratamiento de aguas residuales.