Calimaya/Estado de México
Más de 800 familias que habitan el fraccionamiento Valle Nevado que desarrolló Homex, viven entre la inseguridad, basura y una laguna contaminada con fauna nociva, que se convirtió en el basurero de otros fraccionamientos de la localidad.
Las anteriores son las principales demandas de la población que se dice en “el limbo” pues la constructora no entregó la obra al municipio de Calimaya porque incumplía con las condiciones convenidas para los permisos de construcción y al declararse en quiebra, los dejó sin energía eléctrica, drenaje, escuela y pavimentación de calles.
Los vecinos platican que la administración municipal ya no recibe ni las llamadas de auxilio, a pesar de haber documentado que a las viviendas desocupadas llegan paracaidistas; además a partir de las 17:00 horas deben dejar de salir a las calles pues llegan al parque y avenidas principales “hombres jóvenes y adultos que se drogan, beben alcohol toda la tarde y, más tarde comienzan a lanzar las botellas, atacan a los que pasan caminando o simplemente insultan a la gente”.
Reclaman que apenas hace dos años comenzaron a usar la escuela primaria que debió entregar la constructora planeada para más de 600 alumnos, pero entregó dos edificios en obra negra, sin ventanas, luz o sanitarios, fue gracias a que los papás compraron cemento, pintura, bancas, ventanas, que pudieron usar los salones para 300 alumnos de primaria.
Sin embargo, el otro edificio se encuentra en obra negra, vandalizado en su totalidad, ya que el supervisor escolar de la zona, José Luis Chávez Valdés platicó que la barda perimetral es muy baja, lo que permite a los asaltantes ingresar fácilmente, de modo que les urge material para poder incrementar la altura, poner una cerca.
“A tal grado es la inseguridad que el 21 de marzo hicimos un pequeño desfile al que asistieron los padres de familia, un recorrido al parque y un par de cuadras, sólo en el tiempo en que entramos y terminó esa actividad, la casa de uno de los padres fue vaciada en su totalidad”, platicó.
La escuela se encuentra al 40% de la obra, les hacen falta puertas, ventanas, material didáctico, además fue asaltada dos veces en un par de meses, razón por la que no instalan el equipo de cómputo que recibieron de la Secretaría de Educación, pues hace poco les robaron el equipo de sonido, teléfonos, material didáctico y un par de computadoras que servían en las tareas administrativas.
“Es una zona súper insegura, no podemos contratar el medido con la Comisión Federal de Electricidad porque el representante legal que contrató las bajadas de la luz está ahora en la cárcel y la CFE no nos reconoce el documento que nos acredita como propietarios, además las ratas corren frente a nuestra casa al grado de no poder abrir puertas o ventanas porque se meten y la basura se acumula en las calles”, dijo una de las vecinas.
Los comerciantes de la zona dicen que es peligroso permanecer más tarde de las 18:00 horas con las tiendas abiertas, aunque aseguran que cuando llaman a la patrulla acude; sin embargo, se niegan a realizar rondines porque no son del ayuntamiento.
En el caso de la laguna, dicen, el mayor conflicto está en que no logran deshacerse del cascajo que tiró la constructora de Villa Santín, justo al lado de este conjunto habitacional y el cuerpo de agua. “Para ellos es la parte trasera de sus viviendas, para nosotros el frente y no podemos solucionar nuestros conflictos porque no hay autoridad con la cual acudir”.