Francia
El caso de Gisele Pelicot, una mujer francesa de 72 años, es sin duda uno de los ejemplos de violencia sexual más graves de la historia reciente, pues fue violada por al menos 50 hombres durante 10 años.
Entre 2011 y 2020, Dominique Pelicot, exesposo de Gisele, reclutó al menos a 50 hombres por medio de una red social llamada Coco.fr, la cual dejó de estar en funcionamiento desde junio de este año debido a los atroces contenidos que en ella se compartían. Dominique atrajo a docenas de hombres de entre 27 y 74 años a su domicilio en Mazan, Francia, para que abusaran sexualmente de su esposa, a quien previamente dejaba inconsciente con tranquilizantes y somníferos, mientras él grababa los atroces actos.
El descubrimiento de este caso ocurrió casi por casualidad, cuando en 2020 Dominique fue sorprendido tomando fotos por debajo de las faldas de mujeres en un supermercado. Fue entonces que los elementos policiales revisaron su móvil, encontrando las perturbadoras imágenes de Gisele siendo abusada por un centenar de hombres. La policía francesa informó a Gisele de estas imágenes, lo que la dejó conmocionada y la llevó a emprender un juicio.
El 2 de septiembre de este año comenzó el juicio contra Dominique Pelicot y otros 50 hombres que lograron ser identificados en los miles de archivos que almacenaba Dominique. Él, en particular, admitió haber sido responsable de los abusos, pero varios de los otros enjuiciados negaron su participación o alegaron haber sido engañados por Dominique, quien supuestamente los convencía de perpetrar los abusos argumentando que se trataba de una dinámica consensuada con su esposa. Este argumento fue desestimado al presentarse las grabaciones durante el juicio.
Finalmente, el pasado 19 de diciembre, un juez declaró culpable a Dominique y le impuso la pena máxima: 20 años de prisión por los delitos de violación agravada, además de tomar imágenes indecentes de su hija y sus nueras, y por intento de violación a otra mujer. Los demás hombres fueron condenados a penas de entre 3 y 15 años de prisión.
La particularidad de este caso radica en la valiente manera en que Gisele decidió abordarlo, haciéndolo público para inspirar a otras mujeres a denunciar este y cualquier otro tipo de abuso. En una de sus primeras intervenciones durante el juicio, pronunció la frase que se convertiría en el estandarte de su caso: “Que la vergüenza cambie de bando”, dejando en claro que ni ella ni ninguna otra víctima de abuso sexual debe sentir culpa alguna, y que esta debe recaer en su totalidad sobre el abusador.
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