A raíz de la erupción del pasado jueves, el volcán Kilauea, el más activo de Hawái, destruyó más de veinte casas y amenaza a otras 600, ya que la expulsión de lava ardiente se ha extendido por gran parte de la zona. Debido a esto el gobernador decretó estado de emergencia.
Según información del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) contabilizó al momento ocho aberturas terrestres provocadas por la emisión de gases tóxicos y rocas fundidas. Además, han registrado 152 temblores, el mayor fue un sismo de magnitud 6.9, afectando el archipiélago hawaiano.
Las autoridades ya han evacuado a mil 700 habitantes de las localidades más cercanas, sujetos a una orden obligatoria, con la finalidad de resguardar sus vidas.
Los ciudadanos afectados serán albergados en centros comunitarios y permanecerán ahí hasta que pase la catástrofe.
Los expertos califican este evento volcánico como uno de los más grandes de su historia, comparándolo con la erupción en 1855 que tuvo una duración de 88 días y cubrió alrededor de 15 kilómetros cuadrados.