En el PRI del Estado de México, Alejandra del Moral Vela, como presidenta, no se ha encontrado una situación sencilla: su enemigo no es Morena precisamente, sino los propios priistas. Muchos que han sido servidores públicos o se han visto beneficiados por su partido con algún cargo público, han rechazado colaborar en la reconstrucción del tricolor.
No se sumaron a las tareas para acercarse a la estructura en los 125 municipios y recomponer esa imagen que no vieron, o no quisieron ver, debido a la soberbia, que no han dejado de lado.
La dirigente priista, de la que no a todos les gustan sus formas, con quienes aceptaron, ha avanzado. Los 20 coordinadores regionales, por ejemplo, los delegados distritales y municipales han iniciado una tarea titánica después de los residuos que quedaron del priismo tras el tsunami morenista.
Dos hombres dan ejemplo de humildad, y es lo que necesitan en el tricolor: Edmundo Ranero y Alfredo Torres. Ambos fueron secretarios de Estado y ahora colaboran como ¡delegados distritales del partido! No como secretarios del CDE ni como coordinadores. No como generales, sino como soldados. Van por la recuperación y, de eso, muchos deberían aprender.
Mientras, para fortalecer esa operación “ave fénix”, se sumarán a la capacitación nada menos que tres ex gobernadores: Ignacio Pichardo Pagaza, César Camacho Quiroz y Arturo Montiel Rojas. Sin duda, los expertos en materia de estrategia política. Veremos qué tanto habrán de aportar a quienes están en campo.
El PRI está en el rearmado de su maquinaria, pero requiere de una limpieza profunda. Ya no debe ser tan permisivo. Es claro que cuando todos van para un mismo rumbo las cosas salen bien.
¿Pero realmente se puede hablar de que efectivamente es así cuando hubo una oposición tan abierta al nombramiento de Alejandra del Moral por parte de un grupo que hasta video tomó y anduvo en redes?
Lo comento porque en ese grupo estaban Sue Ellen Bernal, David Sánchez Isidoro (líder estatal del movimiento territorial priista), y Karim Carvallo, funcionario en el gobierno estatal. Y ahí siguen. En fin. Esto apenas comienza.
