Qué difíciles están las cosas para el nuevo gobierno hoy 6 de enero. Qué tensa está la situación: en más de ocho estados de la República, no hay gasolina, solo Diesel; el EZLN enfrenta un conflicto con AMLO; de nuevo va Barbosa a contender en Puebla, según Yeidckol en elecciones extraordinarias; y quiere a como dé lugar el presidente, que todo su gabinete diga qué es lo que tiene y haga su declaración de bienes. El solo un rancho, el de la Chingada, finca pues, heredada por sus padres que ni siquiera está a su nombre. Y advierte: todos los funcionarios deberán declarar sus bienes. Qué triste. Y por lo pronto, tres secretarios: Gobernación, Medio Ambiente y Educación, y el Consejero Jurídico, más el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, no autorizaron transparentar su patrimonio.
Por lo pronto, ayer caminé por la carretera México Toluca, sin un tris de gasolina y pude ponerle a mi carro, hasta la cuarta que encontré con una poca. Todas estaban sin una gota de gasolina, excepto Diesel. Y hacía muchísimo tiempo en que esto no ocurría. No sé si por los miles de huachicoleros que ya no están surtiendo o por la entrada del ejército a las instalaciones de Pemex, o porque ya no se tomará en cuenta al líder eterno del sindicato de la compañía petrolera, el caso es que no había y punto. Al regreso hoy, todo parecía igual: por donde pasé, en mi Estado, no hay gasolina. Existe un gran desabasto. Lo mismo Jalisco, Monterrey, Puebla, Veracruz, Querétaro, Morelia. Pemex no responde cuándo se normalizará la situación.
Del EZLN, que cumple ya 25 años en pie de lucha, está verdaderamente enojado por la hechura sin consulta alguna, del Tren Maya. AMLO se siente el propietario del país, y los zapatistas lo mismo: creen poseer una parte de las tierras. El primero posee todos los recursos para echarlo a andar, pero dos irracionalidades pueden traer un grave conflicto. Veremos.
El tercer asunto es que ya después del trágico accidente del helicóptero mal hecho en donde trágicamente perecieron varios poblanos, incluso la Gobernadora --que tomó posesión sin ningún representante del gobierno de AMLO, aún de que la Secretaria de Gobernación había pedido ir—y su marido, el líder de los Senadores del PAN en la Cámara, se pretende postular a un hombre por demás poco sensible: cuando sucedió este gravísimo accidente, lo oí decir algo así como: no se le desea mal a nadie.
Qué cosa, me puse a pensar. En lugar de ser sensible e inteligente como el líder del Senado, este no tuvo la delicadeza de decir más que “no se le desea mal a nadie”.
Por otro lado, déjeme decirle querido lector, que cada quien es responsable de declarar sus bienes. Pero no transparentarlos. ¿Para qué? Para que se abra un abanico y los verdaderamente enojados con los frentes que está abriendo AMLO puedan agarrarse de esto para hacerlos más vulnerables. Habrase visto: este es el primer presidente que veo que solo tiene 200 pesos. Qué triste.
Por último, nunca se me ocurrió que a algún secretario o secretaria de gobernación de mi país se le tratara del modo en que se le trató a Olga Sánchez Cordero --sin merecerlo ella-- en el sepelio de los ex gobernador y gobernadora de Puebla. Se le dijo asesina. Reprobable.
Tengo dos razones para pensar diferente: primero, porque ella es una mujer de una conducta intachable, a la que conozco hace más de 60 años. Segundo, porque nunca se lo merecería. Ella trató --a como diera lugar--, que se tendiera un puente entre Puebla y el gobierno de este país. Y ahora resulta que el que lo hizo, fue el ex gobernador, ahora senador por Chiapas: qué extraño se me haría si sucediera que este senadorcito, chiquito, güerito, al que no quieren en Chiapas brincara. Qué difíciles veo las cosas en este principio del año.
