Diablo: Hola, Simplicio, ¿qué haces con tantos libros?
Simplicio: Ay, méndigo Diablo, me asustaste.
Diablo: El que nada debe, nada teme. ¿Qué, te robaste esos libros que traes? Te ves culpable, Simply.
Simplicio: No, la duda ofende. Nada más estoy estrenando la nueva Estrategia Nacional de Lectura.
Diablo: No me digas, ¿y vas a leerlos o regalarlos?
Simplicio: Ni lo uno, ni lo otro: me los proporcionó mi buen amigo del Fondo de Cultura Económica...
Diablo: No me digas, mi NiNi, ¿el Paco 2 es tu amigo?
Simplicio: No, uno que trabaja ahí.
Diablo: ¿Y ya dió órdenes el tal Taibo de empezar a regalar libros?
Simplicio: Bueno, algo así, prometió que iba a bajar los precios de los libros y tú sabes que en México los deseos del Jefe son órdenes...y aproveché la oportunidad de hacerme de algunos ejemplares de Alta Cultura a precios rebajados antes de que haya desabasto.
Diablo: Ay, Simplicio, con razón te veías culpable. Eso de precios rebajados me suena a huachicol de libros. Simplicio, Simplicio, ten cuidado, tú sabes que ya al huachicoleo lo van a hacer delito grave.
Simplicio: Pero no se puede comparar el robo de combustibles con la adquisición de libros a precios módicos para aliviar las bodegas del Fondo y elevar uno su nivel cultural. Además, estoy ayudando al prójimo del Fondo a hacer su fondo pues teme que al próximo que corran sea él.
Diablo: Justificaciones, Simplicio, puras justificaciones tuyas, el hecho es que pecaste, reconócelo, no seas hipócrita.
Simplicio: No es para tanto, de todos modos van a terminar rematando si no regalando miles de libros que tienen sin vender en las bodegas. Y, además, el pueblo es tan sabio que ni necesita leer libros fifís.
Diablo: Ay, Simplicio, ahora sí que violaste más de un mandamiento de la Cartilla Moral del líder, no mentir, no robar, no traicionar.
Simplicio: ¿Y ahora, de dónde me saliste tú tan moralizante, inculto Diablo?
Diablo: ¿YO? Al contrario, me da mucho gusto saber que eres un soberbio pecador como todos los humanos, pecador ilustrado, pero pecador al fin.
Simplicio: Todo sea por la Cultura, total, de todos modos los pobres, igual que los ricos, no leen aunque les regalen los libros.
Diablo: !Órale!
Simplicio: De verdad, solamente la mesocracia lee.
Diablo: ¿La mensocracia?
Simplicio: Mesocracia, Diablo inculto, eso es, la forma de gobierno en la cual domina la clase media.
Diablo: Ah, ¿y dónde se da esa utopía?
Simplicio: En las democracias sin adjetivos, por supuesto.
Diablo: ¿Y dónde se fabrica eso?
Simplicio: En la Libertad, la Fraternidad, la Igualdad y, en cuarto lugar, la Transformación.
Diablo: Jajajajajajaja, ¿y dónde demonios se compra eso, por internet?
Simplicio: !No se vende, se conquista!
Diablo: !Chale con los ilustrados ilusos clasemedieros! Creen que van a dominar a los ricos y desaparecer a los pobres...no aprenden de la Historia.
Simplicio: Maldito Demonio, !no podrás detener mi propuesta de la Gran Transformación!
Diablo: Tú propones, tu Dios dispone y YO LO DESCOMPONGO, jajajajajajajajaja, Y AL INFIERNO TODOS.
Simplicio: Que la boca se te haga chicharrón, maldito Lucifer.
Diablo: Ya se me hizo hace mucho y sigo tan campante...cuando acabes de leer, te espero allá abajo, pecador Simplicio, te tengo reservado un lugar calientito en la sala de lectura del inframundo, con todos los libros disponibles, menos la Biblia, por supuesto, esa ya la quemé hace mucho.
Simplicio: Ganas tienes, !Vete al infierno!
Diablo: Con mucho gusto, si no aguantas la ola fría que viene, allá te espero, tengo internet y hasta puedes leer DigitalMex, recién salido del horno cada día, con noticias calientitas...jajajajajaja
(Febrero 2019)