Después de las afectaciones provocadas a cientos de casas, sobre todo en el sur del Estado de México, por el sismo de 7.1 grados este 19 de septiembre, hay quienes pondrán sobre la mesa que diputados y funcionarios apadrinen una casa. Es decir, que reconstruyan una vivienda para que las familias recuperen su patrimonio que se vio, en muchas casos, reducido a polvo. Ricardo Moreno, dijo que él se apunta. Ya veremos quiénes más.
Pero también los empresarios podrían unirse, sobre todo los desarrolladores de vivienda y del ramo de la construcción que tanto se han beneficiado en la entidad. Pueden devolver algo de lo mucho que han recibido también a quienes se les ha dado permisos para plazas comerciales, concesionarios de gasolineras, hoteles, centros comerciales. Incluso, podría hasta condicionarse que, de no apoyar, no volverían a obtener licencias. Claro, esto último, sería en corto.
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Hasta el momento, el gobierno del Estado de México, no ha abierto un sitio web, o por lo menos no lo ha dado a conocer, para recibir los reportes de las afectaciones en todo el territorio, porque si bien hay un teléfono de emergencia ha sido insuficiente. Muchas de las familias afectadas se han apoyado en los medios de comunicación para hacer saber su situación a las autoridades. Lo más increíble, es que los alcaldes de los municipios con más daños, se vieron rebasados por la emergencia. Incluso, como en Ocuilan, tratan de engañar a la gente que los apoyos vienen del ayuntamiento.
Es tal la condición que impera en el sur de la entidad, que son cuatro las secretarías de la administración de Alfredo del Mazo, las que están realizando un censo y evaluando los daños para la reconstrucción y apoyos. El presidente del gabinete regional y secretario de Desarrollo Urbano y Metropolitano, Enrique Jacob Rocha; la titular del Trabajo, Mercedes Colín Guadarrama, con amplia experiencia en estos temas; la de Desarrollo Económico, Alejandra del Moral Vela, y la de Turismo, Lorena Marín Moreno.
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Una imagen inolvidable: cientos de jóvenes salieron a las calles para recabar fondos y acudir a ayudar a los damnificados. Se organizaron tras conocer la crítica situación que priva en esa región. Sin embargo, parece que tampoco nadie se ha hecho cargo de organizar a estos grupos ni a las asociaciones civiles para distribuir los apoyos y se ha convertido en un caos. Ojalá alguien tome cartas en el asunto.