Bajo el argumento de detener la cifra de mujeres que son madres por deber, presas por abortar o que mueren en el intento, la fracción perredista en el Congreso mexiquense se sube al debate nacional en torno a la legalización del aborto y este martes presentó una iniciativa que propone modificaciones a los códigos Penal y Administrativo del Estado de México, para despenalizar esta práctica cuando se realice antes de los tres meses de gestación.
De aprobarse en comisiones y luego en el pleno, en el Estado de México serían causales legales del aborto: 1) cuando es imprudencial, 2) por violación, 3) que ponga en riesgo la vida de la madre, 4) cuando el producto presente alteraciones genéticas y 4) que se realice antes de las 12 semanas de embarazo.
Ahí radica la polémica, que bajo cualquier circunstancia sea legal interrumpir el embarazo antes de las 12 semanas.
El objetivo, dicen los legisladores del sol azteca, es poner al estado a la vanguardia nacional, ya que en la Ciudad de México desde 2007 es legal bajo esta modalidad.
Incluso, Omar Ortega, líder de la bancada perredista, alegó un tema urgente de salud pública, al referir que en los últimos 10 años, 48 mil de los 184 mil casos de abortos realizados en la Ciudad de México, fueron de mujeres mexiquenses.
No conformes, los diputados negro amarelas pretenden que el sistema de salud estatal tenga la obligación de atender las solicitudes de cuanta fémina quiera abortar.
La idea por sí sola me horroriza. Una matanza legal y asistida por el Estado.
Por supuesto que las voces que apoyan esta propuesta, la soportan sobre el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo.
Pero ¿Hasta qué punto los legisladores tienen la autoridad para definir que el aborto sea delito solo después de los tres meses?
El debate no es nuevo y tiene matices políticos, médicos, ético, religiosos, entre otros.
El punto de este comentario es el siguiente: la libertad sexual no se cuestiona siempre y cuando radique de decisiones con impacto individual ¿Pero cuando hay consecuencias de nuestro actuar sobre terceros?
El hecho de que la madre sea la depositaria final del producto ¿Le da derecho a decidir sobre su destino final?
No se trata de amputarse un dedo o de tratarse el acné. Estamos hablando de un nuevo ser que, medicamente, cuenta con ADN y factor sanguíneo distintos a los de la madre desde el momento de la concepción, lo que se suma a la lista de razones científicas que demuestran que el feto NO es extensión de la mujer.
La realidad del aborto es muy compleja, pero en ningún caso puede obviarse que el aborto procurado es la eliminación alevosa de un ser humano.
Lástima que los legisladores cedan a la rentabilidad de pasar a la historia por sus propuestas modernistas a cambio de trastocar los principios más fundamentales de la humanidad misma.
Si el futuro de la vida depende de la veleidad de una mayoría parlamentaria, razonable o arbitraria, es imposible que podamos considerar la dignidad humana como algo dotado de valor absoluto.