Parece que los malos son más, pero vamos a darle vida a la palabra: Sororidad, que significa solidaridad entre mujeres, hermandad entre nosotras.
Y ante el incremento de los delitos en contra de las mujeres y falta de estrategias eficaces de parte de la autoridad, nos toca a todas darnos la mano. La libertad de transitar por la calle es un derecho de todos; sin embargo, es allí donde las mujeres sufrimos más vejaciones. Las víctimas son de todas las edades y clases sociales, pero los agresores buscan presas fáciles.
Es muy importante que seamos observadoras, siempre mirar a nuestro alrededor cuando caminemos por la calle, evitemos llevar las manos en los bolsillos y la bolsa pegada bajo el brazo y del lado de la pared. Si tenemos que caminar por calles, hay que hacerlo por donde exista luz y concurrencia de gente, evitemos calles obscuras, lotes baldíos, parques, y zonas en construcción. Si vemos gente sospechosa, hay que tomar otro camino, o hay que esperar que pase más gente para pasar.
Es importante identificar los negocios abiertos para pedir ayuda en caso de ser necesario, hoy muchas miscelaneas y tiendas de autoservicio ofrecen ayuda a mujeres en peligro. Sería muy bueno que existiera un letrero grande en los lugares donde dan la mano a las mujeres que lo necesitan.
Caminar en sentido contrario a la circulación vehicular es más seguro, pues un agresor no podrá detenerse para atacar, y hay que caminar lejos de la orilla. En caso de que un auto se detenga a preguntarnos algo, no hay que acercarnos, es preferible ignorarlo, seguir nuestro camino y estar atentas por si regresa.
Si estudias o trabajas, en la medida de lo posible hay que ir acompañadas, sobre todo en horarios nocturnos y ponernos de acuerdo con un familiar para tener puntos de encuentro.
Es necesario volver a la época de antes donde uno no hablaba con desconocidos. Cambiar de rutas y horarios de salida y llegada a casa, es importante para no ser predecible. Usar el cabello suelto es buena idea, ya que los agresores en general prefieren atacar a mujeres con cola de caballo o trenza, ya que es más fácil tomarlas del cabello.
En la calle hay que evitar textear y llamar por celular, pues es un distractor. Si es posible, debemos tener un teléfono de emergencia con una tecla de marcación rápida.
En auto también se corre riesgo, hay que llevar ventanas cerradas y seguros. El bolso debe estar en un lugar no visible, y hay que observar el entorno por si alguien nos sigue, no hay que llegar a casa si eso ocurre, hay que dirigirnos a un lugar donde pueda llamar una patrulla (Confiando en la oportuna acción de nuestra policía).
Al abordar un taxi, verificar placas, calcomanías y hasta tarjetón. Ya sé que es tedioso, pero no contamos con garantías de un servicio seguro y confiable. A veces somos muy platicadoras, pero evitemos hacer conversación y estar atentas si el conductor hace una llamada telefónica, pues podría indicar en códigos nuestro destino.
En el transporte público, no hay que abordarlo si no llevan más pasajeros; evitemos dormir y, si alguien te molesta, grita y pide ayuda.
A muchas nos gusta correr y con música mejor, pero hay que evitar hacerlo para escuchar si alguien se aproxima demasiado a nosotras, hay que evitar las zonas escondidas y, antes de llegar a casa, hay que tener la llave preparada para abrir pronto.
Cuando se trata de pedir auxilio, si esto no resulta grita: " fuego", capta la atención de la gente cercana, o bien el nombre de una persona, esto hará pensar al agresor que un conocido está cerca.
Por nuestra vida e integridad todo se vale, si alguien nos sujeta, existen puntos débiles en los hombres que nos pueden ayudar a escapar, si los golpeamos en los genitales o pellizcos debajo del brazo, o interior del muslo, doblar sus dedos, tendremos tiempo de escapar.
Cualquier maniobra que nos pueda ayudar a huir es buena, tengamos en cuenta que la parte más fuerte de nuestro cuerpo es el codo, quizá en fuerza nos ganen, pero en astucia no, y es momento de cuidarnos. No queremos más historias de dolor.
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