Mucha risa y muchos memes por la solicitud de disculpa que hiciera López Obrador al gobierno español por los abusos cometidos en la conquista de México.
Y, evidentemente, la declaración está para doblarse de risa, tomando en cuenta que a cuatro meses de gobierno no hay un solo ex funcionario de cuello blanco en la cárcel por tanto abuso cometido en años anteriores desde el poder, ni tampoco por la ordeña de ductos de combustible. O sea que al interior se hace de la vista gorda pero al exterior se quiere ver redentorista.
Pero lo que mucha gente no percibe es que esta absurda declaración responde a la necesidad de generar más cortinas de humo mediáticas, para bajar el impacto de otros temas de gran importancia, como por ejemplo, y cito información contenida en medios digitales por todos conocida:
El anuncio se da previo a la votación de la nueva Reforma Educativa y no se ha logrado acordar con la CNTE; y vaya que esos pseudo profesores son maestros pero del chantaje. Habrá que ver los costos.
Por otro lado, el presupuesto del Tren Maya podría dispararse hasta 10 veces del planteado originalmente, aunado a que no se han realizado estudios del impacto ambiental que tendrá, ni se ha consultado a los pueblos originarios asentados en la zona, como lo indica el convenio 169 de la OIT.
La CFE cerró la compra de más de 360 mil toneladas de carbón, que se distribuirán en dos plantas carboeléctricas, a empresas encabezadas por el senador coahuilense Armando Guadiana Tijerina. ¡Qué casualidad!
Y por si fuera poco, siguen abiertos los debates legislativos por la despenalización del aborto y la revocación de mandato.
Para concluir, me detendré en este último punto: ¿qué hay detrás de la revocación de mandato?
Para muchos analistas, pese a que López Obrador diga que no piensa reelegirse, sienta el precedente de la reelección.
A primer ojo, pareciera una propuesta muy democrática que cada dos años el pueblo tenga la oportunidad de renovar o no al presidente de la República.
Sin embargo, López Obrador no ha propuesto una reforma constitucional para regular la revocación de mandato. De hecho, en la Convención Bancaria en Acapulco aclaró que gobernaría con las leyes actuales y no se pondría a hacer reformas constitucionales, sino hasta la segunda mitad de su mandato, con excepción del artículo 108 de la Constitución, para que se pueda juzgar al Presidente en funciones por delitos de corrupción.
Así sin reglas claras, ¿cuántas revocaciones haría? ¿dos o tres?
La tercera sería en su sexto año se llama reelección disfrazada de voluntad ciudadana. Qué bonito nos quieren dar más atole con el dedo.