De nueva cuenta, el autoritarismo desbordado del presidente Andrés Manuel López Obrador se impuso el jueves pasado al nombrar a puros militares al frente de la mal llamada Guardia Civil, que aprobó el Senado hace un par de meses.
Así pues, la retórica del tabasqueño dejó claramente que las decisiones las va a cambiar cuantas veces le plazca, sin realizar consulta alguna con su “equipo de trabajo”, y cuando le convenga con el “pueblo sabio”; por supuesto que también puso en evidencia (normal en él) , a sus coordinadores de las Cámaras de Diputados y Senadores, Mario Delgado y Ricardo Monreal, respectivamente, por los acuerdos que realizaron con los otros grupos parlamentarios.
En este mismo espacio, en mi entrega del pasado 27 de febrero, vaticiné en que la Guardia Civil sería encabezada por un militar conociendo las decisiones a las que nos tiene acostumbrados el mandatario López Obrador durante su corta gestión, con ésta determinación, volvió a engañar a los más de 125 millones de mexicanos.
El comandante en jefe es el general Luis Rodríguez Bucio, quien fue el primer sorprendido con su designación cuando platicó con los reporteros de la fuente; asimismo, se incorporarán 30 mil policías militares en activo sin tener la necesidad de solicitar licencia para integrar la “Guardia Civil”, debido a que los legisladores morenistas por instrucciones de su jefe y superior AMLO, modificaron el artículo cuarto transitorio, fracción segunda.
Por lo que respecta a los mandos superiores estarán integrados por miembros de las Secretarías de Defensa y de Marina e irán “comisionados” a la “Guardia Civil”.
¡Qué tal!
Así pues, la decisión del presidente López Obrador de militarizar la “Guardia Civil” es la misma que hiciera en su momento, el otrora jefe del Ejecutivo Felipe Calderón Hinojosa, a quien criticó acremente por “darle un absurdo garrotazo al avispero” del crimen organizado.
Esperemos que dicha corporación aglutine y se conforme con elementos de primer nivel como los que tiene la extinta Policía Federal, para que en corto plazo empiecen a dar los resultados esperados por todos los mexicanos, ya que los tres primeros meses de la administración de López Obrador han sido los más violentos en la historia de nuestro país, al haber sido asesinados más de nueve mil personas.
SIN ASPAVIENTOS…
El líder social David Parra Sánchez, sigue recibiendo todos los días adhesiones de cientos de ciudadanos de la sociedad civil de Naucalpan, a quien siguen viendo como una esperanza para las próximas elecciones... Parra Sánchez realiza sus recorridos por las distintas colonias y fraccionamientos de la demarcación, escuchando las necesidades, problemas y peticiones de los habitantes a los que apoya inmediatamente… Sin lugar a dudas, David Parra, sigue consolidando su liderazgo, gracias a su empatía y conexión que tiene con todos los naucalpenses, dándoles respuestas y soluciones inmediatas…Enhorabuena!... Lamentables los asaltos, la ola de crímenes y la violencia generalizada que se ha desatado en las últimas semanas en todo el municipio que siguen a la alza, convirtiéndolo entre los más vulnerables no solamente del estado de México sino de toda la república… Hasta hoy, la administración que encabeza Patricia Durán Reveles, no ha podido dar resultados positivos, esperados por los naucalpenses, quienes están ávidos por tener de seguridad pública… Esperemos que Patricia Durán aplique las medidas necesarias para bajar los índices delictivos a la brevedad, se debe reconocer que en la Secretaría de Seguridad Pública cuenta con comandantes y elementos honorables, a los que no se les han reconocido su eficiente trabajo… El que sigue dando de qué hablar pero en su contra es Manuel Espino Barrientos, secretario de Gobierno de Naucalpan, debido a que unos reporteros se acercaron a él para comentarle de qué manera podían trabajar, a lo que respondió prepotentemente “que no necesitaba para nada de la prensa para realizar su labor”… Por lo visto elexpanista ya levitó y se ha de sentir de los “Iluminati”… Muy lamentable el proceder del duranguense con los comunicadores a los que ya se echó encima.
