El adeudo histórico de 11 mil millones de pesos que miles de habitantes tabasqueños tenían desde 1995 con la Comisión Federal de Electricidad, fue borrado de un plumazo por el desbordado autoritarismo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien demostró una vez más que las leyes en nuestro vapuleado país las hace a un lado cuando él lo desea y decide.
De esta manera, el director de la CFE Manuel Bartlett Díaz tendrá que obedecer a su jefe y superior AMLO, condonándoles dicha suma multimillonaria, que bien pudo ser aprovechada para otros programas de los que recortó el tabasqueño en el presupuesto del año en curso.
López Obrador dijo que pagar las contribuciones debe ser un asunto de conciencia de cada quien y recalcó que su administración no es como las que se robaban el dinero (¿?), por lo que aseguró: “ya no hay corrupción, de modo que todos a portarnos bien y ahora hay justicia, porque todos vamos a contribuir". ¿Qué tipo de justicia tenemos hoy?
Por supuesto que esta decisión tomada por el mandatario es abuso de poder y traerá consecuencias, simplemente porque otros sectores sociales de cualquier entidad federativa le podrán solicitar, de igual manera, que les condone algún adeudo similar a una institución o dependencia y el mandatario tendrá que apoyar de la misma manera porque de negarse el apoyo, habrá protestas y no serán mexicanos de primera como los privilegiados tabasqueños.
Recordemos que cuando fue oposición López Obrador criticaba acremente cualquier decisión tomada por “la mafia del poder” que beneficiara a cierto sector social; pero ahora es diferente, porque el tabasqueño es quien decide, le guste a quien le guste.
Así pues, una vez más vemos a un presidente que decide sin consultar a nadie de su extenso equipo de trabajo, es la constante en este régimen que ya incomodó y ha hecho protestar a millones de mexicanos que no estamos de acuerdo cómo se gobierna, pues no ha sido una política de Estado la que se ha llevado a cabo, sino decisiones de un solo hombre.
LA JEFE DE GOBIERNO DE LA CDMX DEMOSTRÓ QUE NO PUEDE
Como se dice coloquialmente, “le llovió en su milpita” a Claudia Sheinbaum, jefe de gobierno de la Ciudad de México debido a que la parálisis que causaron a la población del área metropolitana por las tardías decisiones tomadas en (des) coordinación con el gobierno federal, derivadas de la crisis ambiental que padecimos la semana pasada los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México.
La falta de medición de las partículas contaminantes PM2.5 aunado a la carente tecnología de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME) fueron determinantes para causar severos daños durantelos seis días que duró la crisis ambiental a millones de habitantes.
No es concebible que Sheiunbaum Pardo, quien fue secretaria del medio ambiente en la administración de López Obrador durante más de cinco años y posea un doctorado en ingeniería ambiental, haya reaccionado tardíamente y por lo mismo, no pudo advertir del daño que estaba ocasionó la contaminación “atípica” como ya la bautizaron, justificando su falta de pericia para tomar decisiones. ¡Es el colmo!
La CAMe declaró la contingencia ambiental el pasado martes, levantándola el sábado. Todo inició -aseguraron- por causa de los incendios que se extendieron en la Ciudad de México y en varios estados aledaños,
Lamentablemente, la jefe de gobierno, al igual que el presidente de la república AMLO, culpa a la anterior administración de los problemas heredados como la inseguridad, la violencia que sigue en aumento y más problemas a los que no ha podido enfrentar ni frenar.
Así se manejan los morenistas en nuestro país, quienes ya demostraron que no es lo mismo ser gobierno que oposición. Su petulancia, su soberbia e inexperiencia, han sido determinantes para no dar los resultados esperados que esperamos los más de 125 millones de mexicanos. Lo suyo, es repartir culpas.