El “no mentir, no robar y no traicionar” continúa siendo una demanda universal muy lejana, ajena o inexistente para aquellos que se acostumbraron al cochupo, a los arreglos por debajo del escritorio o a la especulación de bienes en beneficio personal amparados en siglas de otros partidos políticos.
En Coacalco un número importante de andadores, jardines, áreas de donación y espacios verdes cayeron en manos de particulares producto de la especulación o de la corrupción. La dimensión del problema ha imposibilitado que las autoridades morenistas del ayuntamiento puedan resolver el problema con eficiencia. Viejos grupos de poder se imponen aún.
Hay ejemplos como la barranca Los Acuales, ubicada entre las colonias Parque, Lomas y Bosques, en que la misma autoridad no sabe (cuando debiera saberlo) a quién pertenecen esos terrenos y vecinos aledaños al lugar ya han manifestado su intención de seguir invadiéndolos como lo han hecho ya algunas familias, valioso recurso ante el agresivo crecimiento urbano y la contaminación y que está en total descuido ya que se ha convertido en un tiradero de basura, sillones, perros muertos y cascajo.
En la barranca Los Acuales mientras una organización ambientalista y vecinos voluntarios luchan porque se decrete como área natural protegida para beneficio de todos los habitantes por la riqueza en flora y fauna, otras personas oportunistas han cercado lo que consideran en un futuro será suyo.
Esas personas fueron obligadas durante un gobierno municipal pasado a quitar su malla ciclónica en virtud de que no habían podido acreditar la propiedad, pero con la llegada de otras administraciones corruptas volvieron a delimitar parte del área natural y ahora el ayuntamiento de Coacalco no sabe cómo exigir la restitución al patrimonio municipal de esos terrenos porque asegura desconocer de quien son.
Pero tengan dueño privado o sea patrimonio municipal lo cierto es que en Coacalco no se deben tolerar invasiones y adjudicación de terrenos a quien no pueda acreditar la legítima propiedad, pues dejar en manos de la corrupción o la negligencia dicha acción es incitar a personas o grupos como Antorcha Campesina a que hagan invasiones de la noche a la mañana, máxime si se trata de poner en entredicho los principios de la Cuarta Transformación de “no mentir, no robar y no traicionar”.
El presidente municipal morenista Darwin Eslava Gamiño debe demostrar que puede hacer valer no sólo esos principios sino los preceptos legales en la materia y dar muestra de que en Coacalco las cosas se hacen dentro del marco legal y no permitir que se interpongan amiguismos, compadrazgos o influyentismos.
Darwin Eslava prometió durante su campaña para alcalde rescatar la casa de la comunidad, patrimonio municipal, que se encuentra en el parque Los Pirules y que remozaría el mismo. Sin embargo dicho inmueble continúa en manos de una familia y lo usa para usufructo personal y el inmobiliario es destinado cada 12 de diciembre para los festejos de la guadalupana cuyo altar construyeron en el mismo parque sin permiso alguno, violando el precepto constitucional del Estado laico.
El parque, al igual que la barranca Los Acuales, parece ser tierra de nadie pues no sólo se dan cita jóvenes para consumir drogas, sino personas inconscientes que dejan las heces de sus mascota, basura y motos que no tendrían porque pasar por dicho sitio ya que es de recreación familiar. Los vecinos acusan a la familia en mención de haber quitado las decenas de botes para basura que la administración del gobernador Arturo Montiel mandó a poner bajo su gobierno. El ayuntamiento de Darwin Esalva está obligado a investigar esa acción ilegal y a promover la sanción que por ley corresponda pues se trata de un abierto daño al patrimonio no sólo municipal sino del mismo estado de México, bien por el que está obligado a velar.
Hasta ahora, los vecinos siguen a la espera de ver resultados sobre lo prometido. Una familia no puede, no debe, estar por encima del sentir de la mayoría y mucho menos poniendo en ridículo a un gobierno que trata de hacer las cosas apegado a la consigna del presidente de la República de “no mentir, no robar y no traicionar” o del gobernador Alfredo Del Mazo Maza de rescatar lo que legítimamente corresponde a los mexiquenses para ampliar la masa verde. Es hora, pues, de demostrar, que estamos en el gobierno del cambio que hace valer la legalidad, pero sobre todo la honestidad.
*Presidente de la ONG Franature