Queridos todos, es un gusto encontrarnos nuevamente en esta cita que se convertirá en una dulce costumbre (¡espero!).
Hoy quiero compartir con ustedes un evento que se llevará a cabo en Toluca el próximo 20 de julio en el Teatro de los Jaguares y que es una oportunidad para disfrutar de buen teatro realizado en México, pero además es una posibilidad de conocer nuestra historia de un modo irreverente, pero perfectamente bien documentado.
Ya hace cierto tiempo que las Meninas Novohispanas llegaron a Toluca, para hacer las delicias de los asistentes con la presentación de la vida de Sor Juana Inés de la Cruz, convirtiéndose en una deliciosa sorpresa, para aquellos que se dieron cita en su momento.
Es innegable que cada una de las mini-temporadas que presentan se convierte en un viaje al pasado que además de remontarnos nos lleva a recorrer a manera de excursión parte de nuestro patrimonio como mexicanos, nuestra historia mostrada sin tapujos y despojada de falsos pudores.
La conformación de una sociedad como tal con características identitarias que permiten su cohesión o la evitan, está determinada en gran medida por su historia, es por ello que una mirada atrás y el conocimiento de quiénes somos es urgente para ser capaces de dar pasos certeros sobre quiénes deseamos ser, en ello las Meninas Novohispanas resultan de gran ayuda.
Además de presentar un espectáculo maravilloso con las tres Meninas Ibarguenguer: María Bárbara, la Tía Cecilia y Alma María, conoceremos (aún si no tuviéramos grandes referentes) a Hernán Cortés 8 (con todo y sus andanzas), el primer gran villano de nuestra historia, pero al mismo tiempo, el responsable del mestizaje del que somos resultado en mayor o menor medida y del encuentro entre España y Mesoamérica, que ha provocado el sincretismo cultural que enriquece el quiénes somos.
Más allá de ser aquel primer innombrable, que habita el clóset de los esqueletos que no se le muestra a la gente cotidianamente, Cortés fue también un hombre como cualquier otro con claroscuros, como tantos otros, piedra angular en la conformación de aquello que hoy se llama México, ya que nos guste o no, su participación fue determinante en lo que ahora somos.
En su momento Octavio Paz exploró muchos de los complejos que conforman la identidad del mexicano en el Laberinto de la Soledad, y muchos de ellos provienen de la noción de derrota generada a partir de la implacable violencia de “la Conquista”, como evento destructor de la noción de poderío. Nuestro reconocimiento como hijos de la Malinche y el carácter eterno de hijos ilegítimos que históricamente nos hace bajar la mirada, reír a carcajadas y hasta celebrar a la muerte.
Uno de los grandes aciertos de esta puesta en escena es la solidez de la dramaturgia a cargo de Hugo Isaac Serrano Figueroa, generada a partir de fuentes históricas y documentales que legitiman cada una de las palabras en él incluidas, además de la gracia con la que ha sido escrito y la incorporación de eventos conocidos por el imaginario colectivo que provocan la hilaridad de manera espontánea.
Las actuaciones a cargo de Luis Huitrón, Christian Escorcia y Cristina Cortés se ven cobijadas por la dirección, diseño de escenografía y producción de Luis Huitrón, el diseño de audio de Julio Díaz y la producción de Isaac Serrano.
Un acierto de la Fundación Letras Libres, al compartir con todos los interesados esta producción de comedia histórica, que por cierto no es realizada por ninguna otra compañía de teatro en el país, lo cual hace de esta una oportunidad única en su género con dos funciones: 17:00 y 19:30 horas en el Teatro Universitario de los Jaguares.