¿Que en algunos lugares el pollo se vende hasta en 140 pesos el kilo? ¿Que el precio del aguacate se fue también a las nubes y en supermercados alcanzó valores de más de cien pesos?
¿Y eso a quién le preocupa? No por cierto a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, pues para él la economía va viento en popa y, según sus “datos”, este año México tendrá crecimiento de más de dos por ciento.
Lamentablemente, la realidad en este caso, como en muchos otros –la seguridad, la marginación, el abasto de medicamentos y muchos más-, está demostrando que el optimismo del mandatario no es suficiente y que sus mediciones de los problemas no son las adecuadas.
México se encamina peligrosamente a un estancamiento económico o, dicho de otra manera, a una recesión económica, derivado del bajo crecimiento que ha mostrado nuestra economía en el primer semestre.
Al principio del sexenio se vislumbraba un optimista crecimiento superior a 3 por ciento, que muy pronto disminuyó a 2.5 por ciento, y de ahí se ha ido en picada hasta llegar al pronóstico de una muy probable recesión.
Conforme a estimaciones del equipo de analistas de Citibanamex, este diagnóstico se suma a los recortes en expectativas de crecimiento que se han publicado en los últimos días, que incluyen estimaciones menores a 1 por ciento y que se acercan cada vez más al cero.
La Dirección de Estudios Económicos de Citibanamex recortó su estimado de crecimiento a 0.2 por ciento para este año, desde un previo de 0.9 por ciento.
Se trata de la quinta revisión a la baja que realiza desde noviembre de 2018, luego del último cambio de 1.2 a 0.9 por ciento apenas el mes pasado. Citibanamex explicó que los datos de creación de empleos formales, inversiones y producción industrial provocaron que se registrara un estancamiento de la economía en el primer semestre del año incluso.
El peligro de una recesión está presente desde ahora, porque la actividad cayó 0.1 por ciento en el segundo trimestre del año, luego de 0.2 por ciento en el primer trimestre reportado por el INEGI.
El rebote de la economía que todos los actores esperábamos ver en el segundo trimestre de 2019, nunca se materializó, indicó el banco y agregó que si bien los incrementos salariales en términos reales a lo largo del año y el crecimiento de las exportaciones manufactureras son de las pocas noticias económicas positivas, durante el primer semestre del año estos indicadores enfrentan riesgos en la segunda mitad de 2019, dado que las perspectivas para el empleo continúan debilitándose y el sector manufacturero de Estados Unidos se está desacelerando.
Otro punto preocupante que destaca Citibanamex, es que no haya un choque económico externo significativo ni importantes desbalances financieros que necesiten autocorregirse.
México no ha visto una recesión económica desde 2009, pero ahora el escenario de bajo crecimiento que visualiza el banco se fundamenta esencialmente por el desempeño de factores internos.
El Fondo Monetario Internacional redujo esta semana la perspectiva de crecimiento para México en 2019 hasta un 0.9 por ciento desde el 1.6 previo, lo que desató críticas del presidente Andrés Manuel, quien insiste en un crecimiento superior al dos por ciento.
No falta mucho para que veamos como el despido masivo de personal en el gobierno federal se reproduce en otras áreas de la economía. En los estados y municipios tendrán que adelgazar su nómina para enfrentar la crisis económica que se nos viene encima. Las empresas manufactureras ya amenazan con irse a otros países por la agresividad sindical; de concretarse, sería un golpe terrible para la franja fronteriza del norte en donde las condiciones de vida se han agudizado por la presencia de miles de migrantes.
La falta de confianza de los inversionistas ha frenado actividades productivas como el de la construcción.
Sí, la mala noticia es que nosotros tenemos otros datos que nos dicen que México, si bien le va, tendrá un crecimiento de 0.2 por ciento este año.
Y eso no es ningún complot, ni conspiración del neoliberalismo internacional, es lo que ha derivado de las malas políticas económicas y sociales del actual gobierno.
