La semana pasada el jefe del gobierno de la Ciudad de México se dio un tiempo, dentro de las actividades que tiene que atender por los sucesos derivados de los sismos del 7 y el 19 septiembre pasado, y convocó a los principales dirigentes del Frente Ciudadano por México en las oficinas alternas del Gobierno de la Ciudad de México en la avenida Constituyentes, las mismas que, en su tiempo, el entonces regente del DDF, Manuel Camacho Solís habilitó.
La convocatoria provocó sorpresa entre algunos miembros del Frente, que lo primero que se preguntaron fue qué quería el jefe del Gobierno de la Ciudad de México, luego de que los sismos frenaron el plan establecido para que renunciara en octubre en busca de la candidatura por el FCM.
En la reunión estuvieron el presidente del PAN, Ricardo Anaya; su colega la dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, acompañada de los “Chuchos”; Dante Delgado, dirigente nacional del Movimiento Ciudadano, a quien acompañó el alcalde de Guadalajara, Enrique Ibarra. Posteriormente y en forma sorpresiva llegó Luis Castro, el dirigente nacional de Panal, quien no había sido invitado a la reunión.
Sin embargo, y a pesar de que no había sido invitado a la reunión, Castro tomó el micrófono y empezó a poner una serie de condiciones para incorporarse al Frente, no sin antes quejarse de la traición que le jugaron en el Estado de México, en donde su partido integró la alianza con el PRI que finalmente resultó la ganadora en las elecciones de junio pasado.
Castro se quejó de que el mismo presidente Enrique Peña Nieto, por encima de Alfredo del Mazo, le prometió que por el apoyo les darían tres secretarías en el gobierno mexiquense, cosa que al final no sucedió.
Todo iba bien hasta ese momento, sorpresivamente, Dante Delgado saltó para manifestar su desacuerdo con la incorporación del Panal al Frente, casi todos callaron, pero fue el alcalde de Guadalajara quien se opuso a su dirigente nacional y se pronunció por una posición incluyente del Frente.
Quizá Dante tuvo razón, el Panal puede ser un instrumento de Los Pinos para dividir al FCM, sus antecedentes así lo advierten, lo que nos deja en claro que los priistas harán hasta lo imposible para evitar que los despojen del poder que durante muchos años han detentado y que sólo se lo prestaron al PAN durante 12 años.
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Roberto Gil Zuarth, el defensor de Margarita Zavala, tiene entre sus antecedentes la bronca que provocó en un antro de Madrid cuando era el secretario particular de Felipe Calderón. Pero no sólo eso, es protector de su suegro, el tampiqueño, Guillermo Knigt alias “el Billy”, quien fue delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Veracruz en el sexenio pasado y ahora se lo metió a Francisco Javier Cabeza de Vaca como secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ese es el demócrata que defiende a Margarita Zavala. “Cocoa” la frustrada aspirante al gobierno de Michoacán se va del PAN, los panistas lloran su partida.
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