Imagine el Teatro Morelos lleno a toda su capacidad, son 2 mil 520 butacas. Ahora imagine que de pronto desaparecen de ese espacio mil 785 personas; es decir, más de tres cuartas partes. Si pudo imaginar esa escena podrá comprender de qué tamaño es el problema de la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en el Estado de México.
En la entidad mexiquense hay aproximadamente 3 mil 900 personas desaparecidas y, de ese número, mil 785 son mujeres. No es gratuito, entonces, que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), dependiente de la Secretaría de Gobernación, haya decidido emitir una declaratoria de Alerta por desaparición de mujeres, específicamente para los municipios de Toluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Cuautitlán Izcalli, Chimalhuacán, Ixtapaluca y Valle de Chalco, que concentran la mayor parte de casos.
Esta alerta se suma a la decretada en 2015, cuando la CONAVIM emitió una Alerta de Violencia de Género para once municipios mexiquenses, siete de los cuales reciben esta nueva alerta.
De enero de 2015, cuando se decretó la alerta de género en 11 municipios de la entidad– a enero de 2019, se han perpetrado 315 feminicidios en 61 de los 125 municipios mexiquenses. Sólo en 54 casos se dictó sentencia condenatoria y en 91 asuntos más hay un proceso penal abierto ante juzgados contra presuntos responsables, según datos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
Esto significa que sólo 17 por ciento de los responsables de estos crímenes han recibido castigo, y 29 por ciento está por recibirlo, pero 54 por ciento de los casos han quedado impunes, pues las autoridades no han logrado identificar a los presuntos responsables.
La mayoría de los feminicidios cometidos en el Estado de México (55 por ciento del total nacional) se perpetran en los 11 municipios donde fue decretada la alerta de género en 2015.
La Alerta, sin embargo, no ha logrado bajar la tasa de violencia contra las mujeres en el Edomex, la primera entidad en declararla. De acuerdo a cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicio (OCNF), de 2015 a 2016 fueron asesinadas 626 mujeres en el Estado de México, pero solo en 47 % de los casos (296) se inició una investigación por feminicidio. De estos sólo 10 % tiene una sentencia.
La violencia sigue, dice María de la Luz Estrada, directora del OCNF, porque los mecanismos que dicta la alerta existen pero hace falta que sean contundentes y más amplios. “Hay problemas estructurales muy fuertes en los que no se ha logrado incidir”.
La CONAVIM determinó que las acciones emprendidas por las autoridades mexiquenses no han sido suficientes para revertir el fenómeno que ahora nos ocupa (desaparición den niñas, adolescentes y mujeres), por lo que ahora les exigen desarrollar una serie de medidas de prevención, seguridad y justicia que ayuden a combatir este flagelo.
Le exigen al gobierno estatal y a los municipios involucrados crear una estrategia de tránsito seguro para las estudiantes y las mujeres migrantes o sujetas a protección internacional, incluyendo los corredores seguros, así como analizar por qué se están dando las desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres en la entidad.
El titular de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos, Rodrigo Espeleta Aladro, ofreció que el gobierno estatal atenderá cada uno de los puntos de la declaratoria, aunque explicó que no se avanzará de cero, pues ya hay camino y avances como la comisión Estatal de Búsqueda y las unidades municipales en 75 municipios.
Anunció el reforzamiento de los trabajos con recursos humanos y tecnológicos para instrumentar las estrategias que ayuden a combatir la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres.
Después de esta entidad han emitido alertas de violencia de género en Nuevo León, Morelos, Nayarit, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Sinaloa, Colima, San Luis Potosí, Guerrero y Quintana Roo. El mecanismo se encuentra en plazo de revisión en Jalisco, Campeche, Zacatecas y Yucatán, mientras que en Oaxaca, Durango, Coahuila y Ciudad de México se acaba de iniciar el procedimiento.
Jacqueline García Vázquez, presidenta del Consejo Ciudadano de Seguridad en el Estado de México, calificó de “alarmante” que entre 2012 y 2018 hayan desaparecido cinco mil 108 mujeres, “pero es escalofriante que 55 por ciento sean menores de edad”. Por ello, justificó la doble alerta de género emitida para siete municipios de la entidad, aunque si las autoridades de los tres niveles no hacen lo que corresponde a cada uno, será imposible resolver el problema.
“La nueva declaratoria de alerta de género, ahora por desaparición de mujeres, es muy clara, advierte, porque nos dice que no funcionaron las estrategias implementadas desde 2015, cuando se emitió la primera alerta y también deja dudas sobre el uso que le dio a los 30 millones de pesos destinados a reforzar las acciones de la alerta de género.
Explicó que las estrategias y los programas oficiales pueden ser ineficaces por falta de planeación, de seguimiento o, simplemente, “porque no se le da importancia a la vida”, pues es claro que para muchas autoridades esta problemática es vista como un tópico secundario, pese a que ha crecido.
Dio a conocer, finalmente, que algunas organizaciones civiles, feministas y de defensa de los derechos de las mujeres, se mueven para hacer visible la condición de inseguridad en que se desenvuelve el sector, pero falta resonancia en las áreas políticas y de toma de decisiones.
Esto es parte del desolador panorama que vivimos las mujeres que habitamos en los 125 municipios del Estado de México, donde los crímenes de género aumentan todos los días y donde el fenómeno de la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres también va en aumento sin que existan políticas claras y contundentes para frenar estas estadísticas. La sociedad ya participa activamente compartiendo, vía redes, alertas Amber y Odisea.
Corresponde a los municipios hacer lo suyo. La nueva alerta y elegir a esos municipios no fue casualidad, Juan Hugo de la Rosa, alcalde de Nezahualcóyotl, debe entenderlo y no decir que no está de acuerdo. Su municipio es de los más peligrosos para las mujeres.