A mediados de semana leíamos, en diferentes publicaciones en redes, que en septiembre la inflación bajó a su menor nivel en tres años y que por fin se cumplía el objetivo de Banxico de llegar a esos niveles. Los comentarios no se hicieron esperar. La mayoría coincidían mencionando las palabras deflación, estanflación y desinflación. Otros señalaban que era mentira, que era muy obvio, ya que, si no hay ventas, los bienes o servicios han tenido que bajar sus precios para que alguien los compre; que la economía está detenida; que los incrementos en los precios de los productos han sido significativos; que si son datos maquillados, etc.
Para que el tema nos quede claro hay que entender dos importantes conceptos:
1) El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que es un indicador económico global cuya finalidad es la de medir, a través del tiempo, la variación de los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares de un país, tiene como base de referencia la segunda quincena de julio de 2018; es decir, se estableció el nivel de precios promedio de esa fecha igual a 100 y las variaciones se miden con relación a esa cifra. Por ejemplo, un índice de 110, significa que ha habido un aumento del 10 por ciento en los precios promedio de los bienes y servicios del INPC, desde entonces.
2) La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país. El índice de medición de la inflación es el INPC, ya que mide el porcentaje de incremento en los precios de una canasta de bienes y servicios que adquiere un consumidor típico en el país.
Luego entonces, ¿por qué la mayoría de las veces, los datos de la inflación no reflejan lo que las personas “perciben en sus bolsillos”?
Porque el índice es un indicador global que mide la variación promedio de los precios de los 299 productos de la canasta, medida de manera ponderada con el gasto promedio de los hogares mexicanos, lo cual puede o no coincidir con el gasto y las variaciones en precios que enfrentan los productos que consume un hogar en específico.
Ahora bien, entender lo anterior no quiere decir que la economía no esté paralizada; no quiere decir que las cosas vayan mejor; no quiere decir que las ventas de los negocios ya se hayan reactivado; la recesión que se ve venir desde hace tiempo, y que es favorecida por factores externos, cifras récord en deuda externa, la Inversión Extranjera Directa desplomándose (las cifras más bajas desde 2013), etc.
La única forma de reactivar la economía es haciéndolo nosotros: Compra a las PyMes, vende, recomienda los negocios locales, moviliza la economía, cada uno podemos poner un granito de arena.
Y, no te pierdas la siguiente columna en la que explicaremos los términos: deflación estanflación y desinflación.
Hasta entonces.
i) http://en.www.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/precios/inpc/doc/Preguntas_frecuentes_INPC.pdf